Después de leer el artículo de mi admirado y querido amigo Manuel Infante, no me queda otra, que agradecerle todas las cosas bonitas que salen de su pluma hacia lo que intentamos sacar cada quincena: nuestra mejor versión, para que ustedes, estimados lectores, sigan consumiendo algo tan importante como son las cosas de nuestro pueblo. Lo mismo que él, y demás compañeros articulistas; aportar un artículo `desde la picota´, es como una aventura, una historia, una idea... Antídoto divino que aún mantiene vivas las ilusiones de aquellos primeros `Barbate Información´, `Trafalgar´ y actuales Viva Barbate. Quizás con más errores que aciertos, tan profunda afición se fue convirtiendo en un paradigma difícil de abandonar. Una causa constante a la que me comprometí y a ella sigo atado. Puede que la calidad no haya sido todo lo buena que deseara, pero os puedo asegurar que en tan humildes ideas empeñé mi sangre y hasta las mismas `asauras´; a sabiendas de que el premio `Pulitzer´ estaba para mí más lejos que las últimas estrellas.
He de reconocer que esta ocupación a la que le entrego parte de mi tiempo satisface desconocidos egos que por desgracia prevalecen en nuestros genes. Quizás sea necesaria esta actividad que mantiene viva la supervivencia de ser oído, escuchado, criticado o enjuiciado… Circunstancia que se convierte en el pan nuestro de cada día. Porque vivir sin causas que justifiquen tu paso por el mundo, puede ser un infierno de dudas incoherentes. Por lo que militar desde muy joven en el laberinto de las palabras, se convierte en jeroglífico al antojo de sus creadores. Y algunos, como Belém Esteban, matan por llevar la razón, aunque ni ellos mismos se lo crean.
Volviendo a Barbate, mi pueblo, quizás llegó a ser uno de los más prósperos de la provincia, de Andalucía, y quizás de España. Pero despojado de tantas cosas y seccionadas sus entrañas, lo condenaron a la pobreza absoluta. No quedando más remedio que cambiar fortuna por naturaleza. Hoy, su naturaleza es la mayor de su fortuna. Naturaleza que intentara lastrar la ingratitud y codicia de gobernantes alquimistas que, la sometieron a la destrucción y desguace, levantando pisos tan cerca de la playa que hoy las olas mojan los cimientos de sus dentaduras de alquileres, y la arena inunda aquellas playas largas y anchas donde de niño jugara a la pelota.
Asumiendo mi pueblo ser la cenicienta de la comarca, no segó en abrazar la épica cultural acumulada en su triste pobreza. De los pecios hundidos en su río brotaron nuevos amaneceres. Al contrario de otros pueblos, hubo que emigrar a lejanos horizontes, mientras `Maestrillos Mendes´ acumulaban poder y riqueza destruyendo, malvendiendo o extinguiendo. Una juventud llena de dudas y con rumbo de futuro, atravesó con valentía el duro éxodo que le impusieron. Y, después de muchos soles, vientos y mareas, esa juventud ambiciosa, arriesgada, decidida…, con `inteligencia que rebasa lo artificial´, fue innovando y creando arte y cultura en cine, gastronomía, tradición, deporte…, hasta lograr que el ADN de aquel Centro Cultural con nombre de `Tarayuela´; se materializara en la tramoya de un `coro barbateño´; un teatro surgido de su `Aurora´, y jóvenes que destacan en cine y todas las disciplinas deportivas, para iluminar esta comarca de la Janda convertida hoy: en el `Faro de las Musas´.