El tiempo en: Utrera
Jueves 05/06/2025
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Barbate

Un poquito mejor

No hagan juicios preventivos negativos ni sean suspicaces con la labor de su médico. Les garantizo de corazón que hacemos siempre más de lo que podemos

Publicado: 01/06/2025 ·
11:10
· Actualizado: 01/06/2025 · 11:10
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • Un profesional médico. -

Por todos es conocida la complicada situación que sufre, a nivel nacional, la atención sanitaria pública. Nuestro sistema de salud, al que considerábamos un orgullo nacional, muestra unas debilidades evidentes que, hasta hace algún tiempo, habían permanecido invisibles. En los últimos años, la escasez —sobre todo de distintos profesionales— ha condicionado que ese confortable y esponjoso colchón de protección de nuestro bienestar tenga ahora un aspecto raído y gastado.

La sanidad sigue tomando prestado un modelo estructural que ya no puede dar respuesta a las necesidades de la tercera década del siglo XXI. Las plantillas y los servicios médicos cuentan, en la mayoría de las ocasiones, con un número de efectivos insuficiente para cubrir dichas necesidades. El mundo ha cambiado, y la medicina también ha evolucionado para ofrecernos nuevas oportunidades de tratar, cuidar y mejorar la vida de quienes atendemos a diario. Gracias a los avances, los pacientes susceptibles de recibir nuevas terapias han aumentado, pero de forma desproporcionada respecto al número de profesionales que debemos indicar, aplicar y controlar esos tratamientos, lo que hace que trabajar de forma adecuada y responsable se haya vuelto, en demasiadas ocasiones, una tarea difícil.

La mayoría de los enfermos sufren largas listas de espera y trabas administrativas, mostrando, lógicamente, su enfado y preocupación. Por otro lado, los médicos y el resto del personal sanitario sufrimos directamente ese malestar y esas quejas de todos los que viven este descontento, consumiendo de forma estéril el limitado tiempo que tenemos designado para cada uno de ellos.

Llegados a este punto, les traslado a través de estas líneas un ruego, una súplica: no hagan juicios preventivos negativos ni sean suspicaces con la labor de su médico. Les garantizo de corazón que hacemos siempre más de lo que podemos. Y, por favor, tampoco se enfaden si sus expectativas de tratamiento no coinciden con “Google”. Deben confiar en nosotros, ya que les aseguro que aún somos más valiosos que cualquier buscador o plataforma de internet.

Nos gusta hacer lo que hacemos, y ni somos hoy en día villanos a los que nos guste ejercer el mal, ni tampoco fuimos ayer héroes a los que se debiese aplaudir desde los balcones a las 8 de la tarde. Simplemente hicimos y haremos lo que consideramos mejor para nuestros pacientes.

La confianza y la satisfacción por nuestro trabajo es el verdadero estímulo que nos empuja a seguir ayudándoles; y, aunque personalmente estoy muy agradecido por el trato que me dispensan mis pacientes a diario, muchos de mis maravillosos compañeros han perdido la motivación y la confianza por este motivo.

Aunque, de forma infundada, se piense que “estamos hechos de otra pasta” o “que nos acostumbramos a todo”, a cada uno de nosotros, sin excepción, nos ayuda el refuerzo positivo, la sonrisa o el guiño de gratitud y complicidad. Y a todos nos quedan huellas profundas de las “personas especiales” que conocimos, y de las que aprendimos mucho de la medicina y de la vida. Aunque sepamos que muchas de las decisiones importantes en materia de Sanidad son ajenas a nuestras manos, cada uno de nosotros puede colaborar, poner algo de su parte. Ustedes, los pacientes, haciendo un uso responsable y amable de los recursos; y nosotros, los que les esperamos al lado de la mesa de exploración, dándoles lo mejor desde el punto de vista profesional y humano, para que todo sea un poquito mejor.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN