La Organización de Productores Pesqueros Artesanales (OPP72), con base en Conil, ha lanzado un mensaje de alarma por la reducción progresiva de sus capturas y la falta de acceso a cuota de atún rojo, un recurso abundante en aguas del Estrecho. La flota artesanal advierte que la ausencia de reparto justo amenaza la continuidad de un oficio centenario y el sustento de decenas de familias en el litoral gaditano.
Los datos de la lonja de Conil reflejan un descenso sostenido en las capturas subastadas durante los últimos cuatro años. En junio de 2022 se vendieron 64.515 kilos de pescado, mientras que en junio de este año apenas se han alcanzado los 32.193 kilos, prácticamente la mitad. La organización señala que esta caída no se debe a la falta de esfuerzo ni de recursos, sino a factores como el cambio climático, la proliferación del alga invasora que cubre los caladeros tradicionales y la presencia estable de bancos de atún rojo en la zona del Estrecho.
Paradójicamente, y a pesar de constatarse la abundancia de atunes —con imágenes recientes grabadas a apenas tres millas del puerto de Conil—, la flota artesanal carece de cuota para capturarlos legalmente. «Sin acceso al atún rojo, no podemos trabajar con dignidad», denuncian desde la OPP72.
El sector reclama a las administraciones públicas responsables de la gestión pesquera un modelo de reparto más justo que contemple la sostenibilidad no solo ambiental, sino también social y económica. «No se puede hablar de sostenibilidad si se deja atrás a quienes faenan de forma artesanal, responsable y con profundo arraigo en nuestros pueblos», reivindican.
La organización ha intensificado su campaña bajo lemas como #JusticiaSocial, #CuotaParaLaOPP72 y #PescaArtesanal, apelando al respaldo institucional y social para garantizar el futuro de la pesca artesanal en el Golfo de Cádiz.
«El mar nos da vida. Ahora necesitamos acceso justo a sus recursos», concluyen desde la OPP72.