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Martes 29/07/2025
 

El Loco de la salina

Los curriculums

Pinocho para nosotros es como de la familia. Y las titulaciones no valen para nada

Publicado: 27/07/2025 ·
14:37
· Actualizado: 27/07/2025 · 14:37
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Con esto de los curriculums hay una liada en el manicomio, que usted no se puede hacer una ligera idea, pero a mí que me registren. Yo he ido siempre con mi loca verdad por delante y ahí está mi curriculum. Es verdad que, si he puesto que soy Doctor, ha sido porque desde chico me han gustado los termómetros. Y, si también he puesto en mi curriculum que soy Licenciado, debo aclarar que me licencié en la mili en San Fernando. Se me deslizó la mano al poner que hice un máster de una cosa y cien de otras, pero no fue mi intención, y además, en el futuro pienso hacer por lo menos uno. Al fin y al cabo son mentiras piadosas que, si cuelan, cuelan.

Como los cuerdos del Congreso mienten más que respiran, allí se han puesto a ver quién encuentra la trola más gorda en el enemigo para pedir la misma dimisión que se tragó Noelia. Por eso, ahora, el director del manicomio está revisando todos los curriculums de los locos. Se ha corrido la voz y hay verdadera locura para borrar los embustes más gordos y engordar los méritos verdaderos, que son más flacos que el que se pasó con la dieta. Algunos locos han colocado en su listado de méritos hasta la foto de los chupetes de cuando sus madres los parieron. Todos están por la tarea de maquillar su respectivo curriculum y que parezca lo que no es. No vea sus señorías cómo se habían despachado escribiendo y echándose méritos encima con el incensario en pleno rendimiento, méritos que son más falsos que el abrazo de una suegra. Pero, cuando se les habla de dimitir, te miran de arriba abajo, se ríen y parece que te están diciendo: tú eres tonto o te ha caído un escombro en el coco, con lo bien que estoy yo aquí.

Sin embargo, sus señorías no deben preocuparse, porque aquí miente todo el mundo y ya estamos acostumbrados. Pinocho para nosotros es como de la familia. Y las titulaciones no valen para nada. De hecho, hemos comprobado cómo un electricista ha negociado una amnistía imposible con los delincuentes, sabiendo que su titulación no tenía nada que ver con esa chapuza, aunque es verdad que para darles a los catalanes lo que pidieran a cambio de sus votos, para eso vale cualquier loco de los que hay aquí en el patio del manicomio diciendo pamplinas. 

Ahora salta la rubia y, perdiendo la gran oportunidad de estar calladita, dice que le encantaría ver a un albañil de ministro, es decir, que a ella le gustaría que un albañil le hiciera las leyes. ¿No se da cuenta de que podría echarle a la mezcla más agua que cemento? A mí también me gustaría ver a una ministra de albañil repellando una pared o preparando un andamio. Seguro que lo hacía mejor que de ministra. Por todo ello, más que los curriculums, deberían revisar qué fuman y qué beben sus señorías.

Hasta en el manicomio hay locos que falsean sus curriculums. Dice Napoleón que él entró en La Isla y se paseó por la calle Real. Felipe el Hermoso se cree más guapo que nadie por su apellido y lo considera mérito por la cara.

Juana la Loca…, bueno, esa está más loca que yo.

En fin, ¿por qué los políticos mienten tanto, sabiendo que al final en sus respectivas lápidas no va a caber la mención a tantos títulos como ahora dicen tener? Voy a coger un palo, voy a ir al Congreso y a base de leña le voy a borrar la vanidad a más de uno.

 

 

 

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