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El Loco de la salina

Si yo fuera el nuevo Papa

Que un cardenal se cura con el tiempo, pero hay otros cardenales que duran demasiado

Publicado: 27/04/2025 ·
15:35
· Actualizado: 27/04/2025 · 15:35
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Si yo fuera el nuevo Papa y se me anunciara al mundo con el humo blanco, se iba a formar un follón que no se puede hacer usted una ligera idea. Lo primero que haría es renunciar a ser Papa desde el mismo balcón, con lo cual ya tenemos el lío. Porque son tantas cosas las que iba a cambiar, que todo el mundo me pondría de loco, aunque todos saben que ya lo estoy. Como en el manicomio disponemos de unas cuantas Biblias y nos sabemos los evangelios casi de memoria, los hemos comparado con lo que vemos ahora en la Roma del siglo XXI y hemos llegado a conclusiones claras. Y es que después de tantos siglos de Historia hay media docena de cosas que este loco no entiende y que paso a enumerar:

1) Que los curas, los obispos, los cardenales o el mismo Papa no se puedan casar. Eso debería ser libre, y al que le toque una mala suegra, que rece por su conversión y que la sufra como hacemos la gente de a pie. Suprimido el celibato, decimos los locos que se solucionaría gran parte de la pederastia, y ya podrían muchos curas decir eso de Dejad que los niños se acerquen a mí.

2) Que las mujeres no aparezcan por ningún lado. ¿Se puede eso permitir en pleno auge de la igualdad? Las vemos en todos los sitios, en las calles, en el piojito, en la Plaza…, pero se les echa bastante de menos allí en lo alto de los altares junto a sus ilustres y purpurados varones. Es verdad que por culpa de Eva estamos como estamos, pero ¿qué tiene la Iglesia contra ellas, cuando sabe que el demonio Lucifer es varón y siempre nos ha perjudicado?  

3) Que un cardenal se cura con el tiempo, pero hay otros cardenales que duran demasiado, con lo que el Vaticano está hasta los topes de ancianos (aquí no se puede decir y de ancianas, porque no hay). Todos los ancianos que sobran en el Vaticano faltan en el Senado español, plagado de gente joven que no piensa soltar el cargo ni a tiros.

4) ¿Qué es eso de tener un Estado propio por muy pequeño que sea? Por muchas vueltas que les damos a los evangelios, vemos que a Jesús nunca se le ocurrió entonces crear un Estado con sus guardias suizos y todos sus avíos, con sus cálices de oro y sus inmensas posesiones.

5) Que el tiempo y las mentes calenturientas han ido poco a poco vistiendo a obispos y a cardenales de rojo, de morado, con su casquete en la cabeza, con su pedazo de crucifijo de plata en el pecho…, cosas que ni por asomo aparecen en los evangelios, entre otras cosas porque los pescadores que acompañaban al mismo Jesús no llevaban esos aparejos.

6) En los evangelios que ellos mismos predican se dice que Jesús siempre estaba rodeado de gente sencilla que no tenía un duro. Sin embargo, ahora no, ahora el Papa se rodea de la gente más poderosa del mundo, de los que mandan, de los Trumps de toda la vida, de los que siempre ocupan los primeros sitios en sus ceremonias…

En fin, para qué seguir. Por todo ello, quiero que ustedes sepan que, si me llaman un día de estos al manicomio para ser Papa, voy a decir que no, que elijan a otro que trague por todo lo que yo no voy a tragar. 

Y, si me aseguran que así es la tradición, este loco piensa que ya va siendo hora de borrar y de comenzar otra nueva tradición más sencilla y más de acuerdo con el evangelio.

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