La despedida de Manu Molina del Málaga CF ha sido tan emotiva como significativa. Antes de comparecer en rueda de prensa en la sala ‘Juan Cortés’ de La Rosaleda, el club proyectó, como ya hizo en la despedida de Dioni, un vídeo con algunos de los momentos más destacados del centrocampista durante sus dos temporadas en el equipo. Visiblemente emocionado, Molina agradeció al club, a sus compañeros y a la afición el apoyo recibido, asegurando que “el Málaga me ha devuelto la ilusión de competir como futbolista”.
En sus palabras no faltó un recuerdo especial para la afición malaguista, a la que definió como parte esencial de su crecimiento personal y deportivo: “Desde que pisé La Rosaleda la sentí como mía. Salir ovacionado de aquí se queda para toda la vida. Gracias a ellos he sido mejor futbolista. Me he dejado el alma por estos colores y por llevar al Málaga lo más alto posible”, afirmó.
Molina repasó con orgullo el camino recorrido desde su llegada, dejando claro que cumplió su misión: “Vine con un objetivo, y lo cumplí, que era dejar al Málaga en el fútbol profesional. Me voy con la cabeza alta. Lo he dado todo por estos colores”, recalcó, destacando además la grandeza del club y deseando que continúe creciendo.
Sobre su evolución individual, el jugador reconoció haber vivido su mejor etapa como profesional: “Ha sido muy intenso. Estamos en un club enorme, con una afición y una gente detrás. Me ha hecho mejor futbolista y mejor persona”. También valoró el compañerismo vivido en el vestuario, del que se lleva una familia: “Desde el año pasado se ha formado una familia. Las bromas, la alegría, va a seguir así”.
El futbolista, que no oculta su deseo de volver algún día a La Rosaleda como rival, explicó que el club ha apostado por gente joven y que acepta esa decisión sin reproches: “Mi rendimiento está ahí y mi nivel también. El club ha tomado su camino y yo me voy agradecido”. Además, señaló el ascenso como su mejor momento, y las lesiones de compañeros o las rachas negativas como lo más duro de su etapa.
Manu Molina cierra así un ciclo marcado por la pasión, la entrega y el malaguismo. “Parece que he estado aquí una eternidad. Siento el malaguismo y soy malaguista”, concluyó con el corazón en la mano.