El 27 de marzo se hacía público el nombramiento de Monseñor Jesús Fernández como Obispo de Córdoba por el papa Francisco y es él mismo quien nos cuenta que lo tomó como un “pequeño susto” pues no se lo esperaba. “Fue toda una sorpresa”, decía, tomando como reflexión todo lo que le deparaba, y lo que tenía que dejar ya que era toda una incertidumbre. “Lo que uno deja, le cuesta dejar”, añadía, pero se sentía confiado y alegre pues sabía que venía a una Diócesis que realmente es importante, con vida y mucha religiosidad popular. Unos valores que estimulan su trabajo.
“Quise ver el Córdoba CF porque va a ser mi equipo”Lo más complicado para él, relata, fue esa transición de Obispo de Astorga ya que significaba desprenderse de su diócesis y porque también estaba ligada a la de León, la cual estaba muy cerca de su pueblo natal. Todo cambia una vez que llega a Córdoba. “En el momento en que llegó aquí, ha sido todo muy rápido y me he sentido muy acogido. Me he quedado admirado de la alegría de la gente, espontaneidad, quienes cantan y bailan con mucha facilidad”, reafirmándose en que desde primera hora se ha sentido integrado.
Por otro lado, la toma de posesión fue una fecha muy señala en el calendario cordobés pues coincidía con la feria, una de esas tradiciones tan importantes. El nuevo obispo hablaba de que el pueblo cordobés es “amante de las tradiciones y es bueno porque las tradiciones nos conectan con las raíces y expresan el alma del pueblo; el alma de las personas. La alegría de la feria, aunque te quita horas de sueño, es estupenda”. Y esa misma alegría también la vivió al despedir a la Hermandad del Rocío de Córdoba cuando se desplazaba hacia la aldea, quien era conocedorde esas tradiciones por los medios pero ahora las vive de cerca; “Las tradiciones son bonitas y hay que conservarlas”.
A la pregunta de cómo encontró la Diócesis de Córdoba, el prelado leonés ha respondido que con mucha vitalidad y actividades, donde la gente está dispuesta a colaborar, enriqueciendo las posibilidades y eso, precisamente, es “con lo que uno sueña contrarrestando otras zonas como de dónde vengo, en las que el número de personas para realizar una tarea es mucho menor y es difícil encontrar a esas personas que estén dispuestas a hacerlo”.
Monseñor Jesús Fernández eligió el lema episcopal 'Evangelizar a los pobres' que lo trajo del episcopado de Santiago de Compostela pues se sentía “muy identificado con esa misión de Jesucristo que comenzó a realizar con su vida pública”. El nuevo obispo entiende pobreza en un sentido amplio pues atiende a distintos aspectos como social, cultural, religioso…y “toda la pobreza tiene que movilizarnos a todos. Si queremos una sociedad esperanzada, no solo optimista, fundamentada en razones y en motivos, el creer en Dios nos da esperanza”. En este sentido, también él es el presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral social y Promoción humana y coordina los distintos departamentos que está vinculado desde la pastoral; además de ser el responsable de Cáritas Española desde 2017.
Su currículum también aumenta pues aparte de sus estudios, es el autor del libro “Vivir de la eucaristía: Las Celebraciones Dominicales en Ausencia del Presbítero”. Así, nos cuenta que esta idea de escribir surgió cuando dejó de ser párroco y pasó a ser vicario en León. Otras de sus inquietudes fueron la pastoral y los sacerdotes y le ha preocupado especialmente que “los domingos todos pudieran compartir y reunirse para celebrar que Cristo vive y que ellos son enviados a continuar su obra”. Dado que la zona de la que proviene no hay muchos sacerdotes quienes no pueden estar en todas las parroquias para celebrar el domingo, “el día del Señor”, desde el libro se potencia que un laico o una religiosa pueda asistir y leer la palabra del Señor para hacer un comentario, peticiones, incluso impartir la sagrada comunión.
Volviendo a las tradiciones, era de obligatorio cumplimiento preguntarle al obispo de Córdoba por el espíritu cofrade. En este sentido nos hacía saber que ya ha podido saludar a muchos Hermanos Mayores, hermandades y cofradías y “ver que es muy poderosa la Semana Santa aquí y la piedad popular”. Se sorprende por la cifra de 600 cofradías, un número muy alto e incluso las 30 que posee Aguilar de la Frontera siendo una ciudad pequeña. Además, el prelado leonés habla que la procesión en sí misma es muy poderosa, pues “hacemos culto público y transmitimos la fe en la calle y hay que cuidar para mejorarlo y preservarlo”. Y con el Vía Crucis Magno a la vuelta del verano, Monseñor Jesús afirma que es “otra oportunidad más para celebrar no solo las imágenes sino el misterio pascual de Cristo y un momento estupendo para revivirlo nosotros”.
En el ámbito de la educación, ha estado muy vinculado en el seminario menor y mayor de León y ha sido muy crítico con la adicción de las pantallas de los niños y jóvenes, mostrando su preocupación por esta problemática: “me alegra saber que se esté creando una conciencia de que esta problemática está yendo demasiado lejos por las horas que les dedican los niños y jóvenes a estas pantallas y que se las están restando de otras cosas como el estudio, la relación con los demás o el deporte”. El obispo defiende la importancia de la educación pues “es cuando se construye la persona” y es necesario poner los esfuerzos “para que puedan crecer sanos y estar atentos a las adicciones no solo de las pantallas sino también de otros problemas como de la pobreza infantil, pues España está a la cabeza de Europa y es muy triste”.
Don Jesús Fernández fue capellán de la Cultural Leonesa durante quince años y eso demuestra la gran afición que tiene por el deporte rey. Le gusta el fútbol, aunque le dedica poco tiempo a verlo porque si pierde no lo pasa bien. En este sentido, el obispo quiso asistir al último partido de la jornada de liga que enfrentó al Córdoba con el Albacete: “Quise ver el Córdoba porque va a ser mi equipo”. La próxima temporada tendrá el corazón dividido porque le desea lo mejor al Córdoba, incluso añade que “ojalá pueda entrar en puestos de playoff” pero también tiene los ojos puestos en su equipo quien estará también en Segunda División.
Por último, Monseñor Jesús Fernández nos cuenta cómo va a ser su legado: “No hay revoluciones, la Iglesia avanza poco a poco. Los obispos ponen piedras en la construcción. Hay acentos distintos pero el evangelio es rico y las necesidades y realidades son también distintas. Mi responsabilidad es valorar esas nuevas realidades y sobretodo agradecer a todos los que han ido construyendo antes de mí”.
