Algunos personajes públicos se retratan por sus palabras, por lo que dicen en sus discursos e intervenciones y por sus hechos, y resultan superfluos en sus fondos y aturrullados en sus formas. Cuando hablan, no se refieren a lo que a los ciudadanos y ciudadanas les afecta e interesa sino a lugares comunes que solo logran alimentar el desencanto hacia la política , el distanciamiento hacia los políticos e incluso en muchos casos provocan la indignación
Cuando serenamente nos ponemos a analizar a estos individuos, ratificamos en sus banalidades, lo lejos que están en representarnos con solvencia y eficacia. Si nos asomamos a la televisión , y su modelo está más cerca de los contenedores de basura , sin contenido y con un lenguaje vacío y penitente de la acidia , sin mostrar ningún tipo de sensibilidad , ante lo que ocurre alrededor.
En las noticias de actualidad, hay demasiada banalidad y pocos protagonistas que hagan cosas significativas por mejorar la sociedad, y resulta muy difícil encontrar noticias de investigadores, artistas o artesanos, pero si toparnos con frecuencia con demasiados superfluos y aturrullados de los que la maquinaria publicitaria ha creado falsos ídolos.
La mayoría de las veces, los reales y los virtuales, son como locos patéticos que producen y venden audiencia, pero entre la superficialidad y estar aturrullados, son y actúan como seres insustanciales que están dispuestos a todo con tal de dar espectáculo, para hacer lo más increíble todavía y es que se hable de ellos, aunque sea estimulando las más feroces críticas en todos los foros de opinión.
Vivimos en una sociedad que entre la propaganda y el hermetismo , los secretos mejor guardados , suelen estar en manos de rostros desconocidos, y a los que si conociéramos su apariencia, podríamos descubrir en ocasiones que bajo una amable , , agradable e incluso simulada fragilidad , se esconden tipos duros como el granito y fríos como el mármol.
Nos tropezamos en el camino, con gente sin moral y sin piedad, cuyo obsesivo objetivo, es dedicarse a ganar dinero, a costa de crearnos falsas necesidades, son los magos del mercado que juegan con el dinero y las necesidades de los demás y que en raras ocasiones aparecen con sus nombres y apellidos en los diferentes medios de comunicación, aunque si utilizan las redes sociales para beneficio propio y generar enfrentamientos.
En todas partes y momentos encontramos ejemplos de esta fauna que lejos de pactar o lograr acuerdos, se pavonean y presumen en ser los causantes de cualquier conflicto, con tal de ser titulares, voces y primeros planos de las noticias.
Nuestro país, España, es un escenario que por cualquier superficialidad o aturrullamiento, asistimos a una gran repercusión mediática, y adquieren un protagonismo increíble “personajes de pega”, que no se caracterizan por la firmeza de sus convicciones y el equilibrio de sus posiciones. sino por la dureza de su rostro, son unos caraduras en el sentido más castizo de la palabra.
Se quejan a voz en grito de lo que ellos han prometido mil y una veces y jamás han cumplido, y suelen ser especialistas en mezclar razones, emociones, imaginaciones y legislaciones de diferentes ámbitos territoriales. En todo el barullo que suelen formar cada vez que se les encomienda una misión , no debemos incurrir en la torpeza, de darles un relieve político que no tienen , y no podemos dejarnos llevar por los manejos de quienes no son capaces de analizar y profundizar en cualquier situación , con ánimo de aportar soluciones y no de crear problemas.
