La jornada del Martes Santo en Algeciras estuvo marcada por la tristeza y la desilusión, cuando la Cofradía del Cristo de Medinaceli y Nuestra Señora de la Esperanza, tras salir de la parroquia de San Isidro, se vio obligada a retornar a su templo a solo diez minutos de su salida debido a la fuerte lluvia y viento que azotaron la ciudad.
Este año, como sucediera en 2024, la cofradía no pudo recorrer las calles, dejando a muchos algecireños con el corazón roto, pero también con la esperanza de que el año próximo, el Cristo y la Esperanza puedan regresar a su recorrido habitual.
Un Martes Santo inolvidable, no solo por las inclemencias del tiempo, sino por la fe y devoción que se vivió en cada rincón de la capilla y en cada mirada de los hermanos y fieles que, a pesar de la adversidad, mantuvieron viva la esencia de la Semana Santa algecireña.