Pepa y Juan están desesperados por las obras que está realizando el propietario de la finca en la que tienen su hogar desde hace cuatro décadas en el Arco de la Rosa, 4. Los trabajos se extienden desde hace dos años, asegura la mujer, “sin que exista cartel alguno sobre la duración y el objetivo” de las mismas.
El matrimonio coincide en que la situación de riesgo “es constante” para ambos, su hija y una nieta de 3 años. En redes sociales, Pepa ha relatado que durante el pasado invierno, debido a las fuertes precipitaciones, se registraron filtraciones que provocaron un cortocircuito que los dejó sin suministro eléctrico durante cuatro días. Además, lamenta que el dueño haya colocado una cámara de vigilancia en la entrada del patio y otra en la azotea, donde de instalada una reja para impedir el paso.
Todo esto, al tiempo que la familia recibe reiterados requerimientos para que abandonen la vivienda de forma voluntaria. “Hemos solicitado atención a Urbanismo y hemos pedido el realojo a Procasa, pero hacen caso omiso”, lamenta Pepa, quien insiste en que el inmueble “es un polvorín”.
Los afectados cuentan con el apoyo de la Plataforma de Vecinos y Amigos del Pópulo, y el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Cádiz también está al corriente, y estudian todas las vías para tratar de ayudar a la familia.