David de la Cruz da el mandato por perdido después de que el PP haya renunciado al cinturón universitario y lamenta el deterioro de los servicios públicos tras dos años de Bruno García como alcalde. Reivindica el legado de Adelante y advierte: “Estamos peor que en 2023”.

El alcalde dice que su Gobierno avanza notablemente.

–Si se pone notable en un contexto en el que todos los servicios públicos han empeorado y no ha habido mejora constatables, tenemos un problema. Solo ha mejorado la vida de la gente del PP.

Entonces, ¿rebaja la nota?

–Le pondría un no evaluable, ha renunciado a la Facultad de Educación al hospital y el día a día ha emporado, la limpieza es peor, no hay un autobús nuevo ni mantenimiento urbano, no se ha entregado una sola llave y hay desahucios de viviendas municipales.

El PP asume postulados de izquierdas.

–Cuando hay batallas culturales, sea la turistificación o la limitación de pisos turísticos, y ganan nuestros planteamientos, es una victoria colectiva. Pero una cosa es el discurso y otra lo que se hace. Se pone de perfil con la Memoria Democrática, no cumple el Plan de Arbolado ni las peatonalizaciones, y en vivienda, en lugar de apostar por el alquiler social, da barra libre a las constructoras. Bruno García tiene sonrisa amable, pero es de derechas.

Sin embargo, ha dado un giro radical con los pisos turísticos.

–No es radical, el PP se ha posicionado con las cadenas hoteleras, que están en contra. Y hay un claro movimiento ciudadano ante la turistificación.

En el Campo de las Balas, no se ha impuesto el movimiento ciudadano.

–No es tan mayoritario, pero nos daremos cuenta cuando perdamos un espacio público junto al mar tan importante.

¿Hay mucha diferencia entre su modelo de ciudad y el del PP?

–Nuestro modelo pasaba por el cinturón universitario frente al turismo y la construcción de pisos de lujo. Y, además de vivienda y empleo, está el cambio climático; con el PP, hay un giro radical.

¿Y el resto de administraciones?

–Dejan mucho que desear. La responsabilidad es compartida por PP y PSOE. Anuncian cosas sin pudor que no materializan. Con Diputación, no se sabe si se puede poner la Escuela de Hostelería en el instituto Rosario. La Junta solo se acuerda de Cádiz para hacer caja, renuncia al hospital, no está el centro de salud del Mentidero, atención primaria está colapsada. Y el Gobierno se desentiende del Castillo de San Sebastián.

¿Cómo es la relación con el PSOE?

–Tenemos horizontes diferentes, en algunos momentos nos tenemos que entender, pero no es compañero de viaje.

Bruno García insiste en recordarles que perdieron la mitad de concejales.

–El PP recuerda el pasado y trata de tergiversar nuestra etapa porque no tiene nada que ofrecer. Tan mal no lo haríamos cuando no han quitado los derechos conquistados. Se encontraron más de un centenar de viviendas proyectadas, la red de saneamiento renovada autobuses híbridos, cuentas saneadas, una ciudad mucho mejor que en los 20 años anteriores. Hoy está peor, el alcalde no tiene vínculo vital con la ciudad y formó parte del Gobierno que convirtió a Procasa en una inmobiliaria o fomentó el turismo en lugar de la industria. Bruno García fue quien cogió un millón de euros de fondos europeos para La Viña y el Mentidero e hizo la Pérgola de Santa Bárbara...

¿Por qué perdieron?

–Hubo elementos externos como la pandemia, la campaña dura contra los gobiernos de izquierda y la ola a favor del PP. Y cometimos errores propios, perdimos el ritmo de la calle y entramos en dinámicas que cuestan un Gobierno.

Se centraron en los números.

–La ley exige tener unas cuentas saneadas para poder invertir. Cuando llegamos, el Ayuntamiento estaba a punto de ser intervenido por el Gobierno. Y aún así establecimos un protocolo anti desahucios, el bono social para pagar la luz y el agua... No se podía hacer el Cádiz Fenicia o poner una estatua en lo alto de Puertas de Tierra en Carnaval, pero priorizamos otras cuestiones.

¿Ha tocado suelo la coalición?

–No soy de la izquierda que se conforma con unos cuantos concejales y hacer una oposición digna, tenemos vocación de gobernar. Hemos tocado suelo y si no lo hemos hecho, hay que hacer cambios.

¿Reeditaría la alianza con IU?

–Llevamos muchos años compartiendo espacios. No iría de la mano con la nariz tapada.

Podemos prefirió no estar.

–Fue su decisión. Creo que todo el mundo ha reflexionado para analizar los errores cometidos.

¿Se ve como candidato otra vez?

–No es una ambición personal. Si hay otra persona que puede conseguir mejores resultados, soy el primero en asumir esa situación. Pero hoy me veo con más fuerza que hace dos años, más madurez e ilusión.