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Viernes 01/08/2025
 
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Barbate

Guiri’s Bakes: De Varsovia al calor de Barbate: 3.500 kilómetros para hornear sueños

Asia y Michal abren Guiri’s Bakes en Barbate tras recorrer 3.500 km desde Varsovia para compartir su amor por el café, los dulces y la gente

Guiri’s Bakes

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Comencé a escribir estas líneas con las manos aún impregnadas del aroma cálido y dulce de uno de esos rollitos de canela que, una vez los pruebas, te hacen cerrar los ojos. No por cursilería, sino porque el cuerpo parece necesitar silencio para comprender del todo lo que está ocurriendo en la boca. Con el paladar embelesado lo primero que me viene a la mente es que mientras realizaba la entrevista para el reportaje, en la mesa de al lado alguien decía: “Es que estos cafés son otra cosa… y los pasteles, ¡uf!”. Y al rato, otra vecina entraba saludando con la confianza de quien saluda a los de siempre. Así fueron desfilando muchos barbateños y barbateñas mientras yo trataba de escuchar a Michal y Joanna —aunque todos la llaman y conocen por su nombre de guerra y ternura: ‘Asia’—, los artífices de este rincón acogedor llamado Guiri’s Bakes, que a poco más de un mes de abrir sus puertas ya ha echado raíces en el corazón de este pueblo marinero.

Asia y Michal vienen de lejos, nada menos que de Varsovia. Son jóvenes, curiosos, viajeros empedernidos, nómadas con brújula interior y algo tan potente como la pasión. “Para la pasión nada son 3.500 kilómetros”, dicen. Y no lo dicen como quien lanza una frase bonita, lo dicen con el peso de las rutas, las carreteras, los días de viaje en coche cruzando Europa de punta a punta para venir cada vez más seguido a este rincón del sur que, sin buscarlo, se les fue quedando pegado al alma.

Guiri’s Bakes

Antes de instalarse aquí, vivieron en Dinamarca, en Berlín, pasaron también por Estados Unidos. Michal trabajaba en el mundo del software y Asia, con un perfil de periodista y comunicadora, fue directora de redes sociales en la radio nacional de Polonia. Pero algo se iba rompiendo por dentro. “No podía seguir trabajando en remoto. Aunque viviese aquí, sentada diez horas frente a un ordenador sentía que no tenía sentido. Quería hacer algo con la energía, algo tangible, real, algo que devolviera todo el cariño que la gente de Barbate nos estaba dando desde el principio. Hacer algo para ellos, para la comunidad, para hacerles el día más dulce. Eso sí tiene sentido”.

Ese deseo, que podría sonar poético, en ella fue motor. Y esa motivación es la que, cada mañana, los pone en pie con alegría, con ilusión, con ganas. Guiri’s no es un negocio, es un regalo que ambos decidieron entregar a este pueblo que tan profundamente los ha acogido. “Teníamos algo de miedo por ser de fuera, pero desde el principio la gente ha sido increíble con nosotros. Barbate es auténtico, hospitalario, familiar. Es imposible no enamorarse de su gente. La gente es lo más importante. Nos da energía, nos impulsa, nos hace querer quedarnos para siempre”.

Durante el confinamiento del Covid llegaron por casualidad a Los Caños de Meca. “Sabíamos que aquí estaban las playas más bonitas de toda España”, recuerda Michal. Se quedaron unos meses teletrabajando. En ese silencio de playas vacías y faro de Trafalgar como única compañía, se gestó un enamoramiento progresivo y profundo. “Nos fuimos enamorando de cada esquina, de cada curva, de cada pino de la Breña, de cada roca en la playa, de cada grano de arena…”.

Guiri’s Bakes

Los inviernos polacos eran demasiado largos y duros. Y aquí, en cambio, “son más amables meteorológicamente hablando”, dicen. Así que año tras año alargaban su estancia, hasta que el año pasado, cuando terminaron la reforma de un piso que compraron, decidieron que ya no iban a irse más. “Nos empadronamos y ya somos barbateños”, sonríen.

Y de ahí a abrir Guiri’s, sólo hubo un paso lógico y valiente. “Queríamos echar raíces aquí. Desde el principio teníamos la idea de crear un espacio que mezclara nuestro amor por el café y el talento de Joanna para la repostería”, explica Michal. Y lo hicieron, literalmente, con sus manos. “Reformamos nosotros mismos el local. Asia estuvo con los azulejos… todo es fruto de nuestras manos. Tuvimos que aprender”.

Eligieron un espacio cerca del Paseo Marítimo, en la avenida Atlántico, y desde junio, Guiri’s es ese lugar donde los vecinos entran para charlar, para probar, para sentirse en casa. “Queríamos un lugar con muchos colores, que invite a crear comunidad”, dice Asia. Y no hace falta que lo jure.

Allí, en una vitrina sencilla pero cuidada, conviven los rollos de canela típicos de Dinamarca —el producto estrella—, tartas de queso con pistacho, tartas sin gluten, sin lactosa, zumos naturales y helados artesanos traídos de San Sebastián. “Son los mejores que hemos probado nunca y nos empeñamos en comercializarlos aquí”.

Asia aprendió a hornear con sus dos abuelas. Horneaba desde niña y, aunque profesionalmente se dedicó a otro mundo, la repostería siempre fue su refugio, su lenguaje. “En Dinamarca y en Polonia estuve horneando para cafeterías y restaurantes, pero también en casa, solo por amor. Mis vecinos eran los beneficiarios. Siempre me empujaban a hacer algo con esto”.

Ahora todo ese saber, toda esa ternura y toda esa trayectoria confluyen en Barbate. “Solo hago cosas que me encantan. Y los rollos de canela me encantan”, dice sin dudar. También prepara versiones polacas como la tarta de manzana de su infancia. “En general, tratamos de ofrecer postres de diferentes lugares”. Y eso se nota.

El café, su otra pasión, es de especialidad. Michal explica con conocimiento y convicción que “el 98% del café que se consume es de producción masiva, pero el nuestro pertenece al 2% que viene de pequeños cultivos. El sabor es diferente”. Ofrecen filtrados, cafés fríos, y una bebida sorprendente que ha conquistado al público: “tónica exprés”, una mezcla de hielo, tónica y doble expreso. “Lo bueno de nuestros clientes es que tienen la mente abierta, suelen probar lo que les propongo”.

Guiri’s Bakes

Antes de abrir el local, estuvieron durante meses vendiendo en mercadillos por Zahora y Los Caños, con una mesita sencilla y sus dulces. “La gente los probaba y les gustaba mucho”, recuerdan. Y ese fue el impulso definitivo. Hoy, reparten tarjetas con sellos que, tras la sexta visita, regalan un trozo de tarta. Y hay quienes las completan en un fin de semana.

“Este año estamos persiguiendo sueños que llevamos en el corazón desde siempre. Mezclamos lo que sabemos y amamos con lo que nos inspira – combinamos lo conocido con lo nuevo. Así nacen las cosas deliciosas. Como Guiri’s”.

El nombre, lejos de esconder su origen extranjero, lo abraza. “Guiri significa alguien de fuera. Y sí, eso somos nosotros. Pero hemos echado raíces aquí en Andalucía, poniendo todo nuestro amor en la gente, la naturaleza, el ritmo de vida, la calidez y la sencillez”. Y así lo sienten también los vecinos, que ya los saludan por su nombre, que les preguntan por la tarta del día, que se sientan a tomar un café y se quedan charlando.

Guiri’s Bakes

“Estamos profundamente agradecidos. Este lugar no existiría sin nuestros amigos y sin el cariño que hemos recibido aquí. Sinceramente, Barbate nos ha dado mucho más de lo que esperábamos. Y ahora, con cada café, con cada dulce, con cada saludo en la puerta, sentimos que por fin estamos donde siempre quisimos estar”.

Lo que se hornea con cariño

En Guiri’s Bakes, cada tarta, cada café, cada dulce tiene una historia, una memoria o un antojo detrás. Y Asia, que hornea como quien escribe cartas de amor, se encarga de dar forma a una carta que cambia, se adapta, se cuida y sorprende. Siempre hay algo recién hecho, algo especial. “Hacemos tarta de queso al estilo vasco, también con pistachos o crema Lotus. Siempre tenemos tarta de zanahoria, tarta de limón, de lima, brownie sin gluten…”, enumera Asia con una sonrisa que parece abrir ya el apetito. Pero no se trata solo de variedad, sino de intención. “Usamos solo productos de la más alta calidad. Por ejemplo, para un solo brownie utilizamos dos tabletas grandes de chocolate 85%. No escatimamos en lo importante”.

Guiri’s Bakes

A veces aparecen tartas que vienen de más lejos, de la infancia polaca de Asia: szarlotka, una tarta de manzana llena de ternura; karpatka, una suave tarta de crema elaborada con masa choux; o su querida tarta de merengue, que en cada bocado sabe a casa, aunque se esté a miles de kilómetros de Varsovia.

El gran favorito del público, sin embargo, son los cinnamon rolls. Los sirven con diferentes toppings, aunque Asia lo tiene claro: “Mis favoritos son los clásicos, sin nada, porque la masa es tan deliciosa que no necesita más”. Y tiene razón: en esos rollitos hay una textura, un equilibrio de canela y mantequilla, que hace innecesario cualquier adorno.

En cuanto al café, la oferta es tan amplia como cuidada. Por supuesto están los clásicos: el café con leche, el solo, el cortado que acompaña a media mañana. Pero también elaboran cafés de filtro con mimo, utilizando métodos como V60, Moccamaster o Aeropress, y granos seleccionados para extraer perfiles de sabor complejos, aromáticos, limpios. “Tenemos cafés increíbles para métodos de filtrado, con una gama de sabores espectacular”.

Y si el día se presta a algo diferente, ahí están las combinaciones más atrevidas y refrescantes: el espresso tonic, el espresso con zumo de naranja, el cold brew, o un matcha de altísima calidad que también tiene su público fiel. “Nuestro lema es: el buen café es el que a ti te gusta, y siempre intentamos adaptarnos al máximo al gusto de cada cliente”, dice Asia. Lo hacen desde la escucha, desde el cuidado, desde la voluntad genuina de hacer sentir bien al que entra.

Guiri’s Bakes

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