Desesperación, angustia, malestar y miedo. Son los sentimientos que padecen desde hace ocho meses el matrimonio formado por Antonio Ramos y Julia Rodrigo, padres de Víctor, un menor de 15 años con autismo con problemas digestivos que no le permiten defecar por si mismo y sin ningún tipo de ayuda. Exigen un tratamiento urgente en el especialista y no tienen respuesta.
“Sólo puede hacerlo con enemas. Nos han pedido cita para el digestivo, pero no hay fecha. La médica de cabecera ya le ha mandado varios tratamientos, pero ninguno ha resultado eficaz solo el de los enemas y muchas veces le cuesta”, reconoce Antonio Ramos.
Viven en el municipio sevillano de Dos Hermanas y su hijo recibe tratamiento en la clínica Adinfa, especializada en trastorno de la conducta, ya que hasta los 16 años Víctor no podrá ir a un centro especializado en Autismo. “Allí nos dicen que los enemas no son la solución y que tienen tratarlo con urgencia”, explica.
Sin embargo existe “un problema”. La médica de cabecera y la psiquiatra de salud mental del hospital de Valme valora que “es tema de la medicación, pero no pueden retirarla sin que antes lo vea el especialista en Digestivo, ya que no pueden quitar una medicación sin saber cuál o cuáles son las que le están haciendo que Víctor tenga tal estreñimiento”, argumenta Antonio Ramos.
Una radiografía de los últimos meses confirma un diagnóstico: obstrucción de las tripas de Víctor.
“Nuestro hijo se pone muy nervioso e inquieto hasta que le ponemos los enemas y va al baño. Por su autismo no se puede expresar y decirnos dónde le duele. Ante este problema, mi hijo ha retrocedido en sus avances conductuales por el autismo. Estamos desesperados y asustados. Es un problema que nos quita el sueño”, ha declarado.
De ahí que esta familia exija respuesta asistencial a la Consejería de Sanidad, a la que responsabilizarán si le pasa algo al menor. “Dios quiera que no, pero no pararemos hasta que Víctor sea visto urgentemente por el digestivo”, afirma.
