Las series de ficción reflejan los valores, experiencias y preocupaciones de la sociedad. Por eso, además de entretener, sirven para marcar tendencias y visibilizar realidades que antes permanecían ocultas o estigmatizadas. Es el caso de la reproducción asistida, una temática que ha dejado de tratarse como un tabú para normalizarse progresivamente en la narrativa audiovisual.
Un ejemplo claro de este cambio se encuentra al comparar dos series separadas por más de dos décadas. Mientras que en 'Sexo en Nueva York' (1998) las técnicas de reproducción asistida se mostraban como un último recurso para ser madre y, de cierta forma, asociado al fracaso, en la última temporada de 'Valeria' (2025) forma parte natural de la trama, sin dramatismos ni estigmas.
Hace casi 20 años del estreno de la exitosa serie 'Sexo en Nueva York', la historia de una periodista que, junto a sus tres grandes amigas, mostraban la nueva realidad de las mujeres de la gran ciudad cuando se acercaban a la treintena. En su sexta temporada, Charlotte, el personaje más conservador, recurrió a la reproducción asistida por problemas de fertilidad con su marido. Este proceso fue tratado como su gran fracaso como esposa y mujer.
La serie reflejaba así la visión predominante de la época, en la que la reproducción asistida se entendía como una solución desesperada ante la imposibilidad de concebir de forma natural. Acudir a tratamientos de fertilidad implicaba, en ocasiones, aceptar una experiencia dolorosa, cargada de frustración.
“Hace algunos años, los problemas de fertilidad eran un tema tabú, envuelto en silencio y, en muchos casos, vergüenza”, apuntó la doctora Clara Colomé, directora de IVI Baleares, al destacar el gran cambio experimentado en los últimos años.
Hoy, sin embargo, el enfoque ha cambiado. En la última temporada de 'Valeria', la ficción basada en las novelas de Elísabet Benavent, Nerea -personaje independiente, formal y feminista- recurre a la fecundación in vitro con absoluta naturalidad. Aunque la serie refleja su dilema sobre la maternidad, la técnica médica aparece como una aliada clave para tener tiempo y decidir libremente.
Este giro narrativo refleja una evolución social. “Creo que, en los últimos años, hemos vivido un gran avance, pero no el suficiente; por no hablar del miedo al retroceso social que puede llegar en cualquier momento. Tengo el privilegio de rodearme de gente con valores feministas y progresistas, lamentablemente no en todas las casas se piensa igual y creo que queda un enorme recorrido que hacer en educación para que la gente deje de juzgar las maternidades ajenas, que por otro lado no es más que un reflejo del objeto de crítica al que se somete en mayor medida a las mujeres”, señaló Marina Pérez, guionista de la serie.
Este cambio también se percibe en el ámbito clínico. La doctora Elisa Gil, ginecóloga especialista en medicina reproductiva y miembro de la junta de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), aseguró que la sociedad ha evolucionado, incluyendo las terapias como algo normativo. “A lo largo de los años, el concepto tanto de familia como de reproducción ha cambiado. Hasta hace algunas décadas la familia era el núcleo social y en la actualidad ha dejado de ser el centro de las sociedades”.
Las técnicas de reproducción asistida han pasado de ser un último recurso a una opción más dentro de la planificación familiar. Su aceptación está muy ligada a la evolución del rol de la mujer en la sociedad: muchas mujeres priorizan su desarrollo profesional o personal y deciden retrasar la maternidad.
Sin embargo, el reloj biológico impone sus límites, tal y como indicó la doctora Colomé, quien explicó que hoy se sabe “que el óvulo tiene una vida media muy corta y que, a los 50 años, ya no es útil”. En este contexto, la congelación de óvulos ha adquirido protagonismo. “La congelación de óvulos puede brindar a las mujeres la oportunidad de alcanzar estabilidad económica, profesional o sentimental antes de formar una familia”, concluyó la especialista.
NUEVOS MODELOS
Otro factor clave en esta transformación social es la diversificación de los modelos de familia. Gracias a la reproducción asistida, cada vez más personas pueden acceder a la maternidad o la paternidad, independientemente de su estado civil o su orientación sexual. “Cada día hay más modelos familiares no normativos. Las parejas homosexuales y las mujeres sin pareja se han convertido en gran parte de las destinatarias” declaró la doctora Gil.
Tal y como muestra 'Valeria', las familias monoparentales por elección encuentran en estas técnicas una vía real para cumplir su deseo de tener descendencia. Esta apertura ha fomentado una mayor aceptación de la diversidad familiar, ayudando a redefinir el concepto de familia en clave inclusiva y contemporánea.
Marina Pérez puso en valor el poder de la ficción en este proceso, señalando que “el valor que tiene para normalizar es enorme y más ahora que contamos con plataformas que se convierten en megáfonos con los que llegar a otros países que viven realidades muy diferentes a la nuestra. De ahí la importancia de ser reflejo de una sociedad diversa e incluyente”.