La defensa de Íñigo Errejón ha movido ficha y, días después de exigir una rectificación pública a Elisa Mouliaá por las acusaciones vertidas contra él en su red social 'X' -si no llegan a un acuerdo en el acto de conciliación se querellará contra la actriz, a la que pide 10.000 euros en concepto de indemnización, por "calumnias"- ha pedido que se investigue por un delito de obstrucción a la Justicia a la artista, a la que acusa de tener una "conducta coactiva e intimidatoria" con Soraya, una de las organizadoras de la fiesta en la que presuntamente el exdirigente la agredió sexualmente en septiembre de 2021.
En un escrito al que ha tenido acceso Europa Press, la representación legal de Errejón pide que se deduzca testimonio contra Mouliaá y que se le investigue. En el documento, alude a las conversaciones aportadas a la causa en las que la intérprete trata que su amiga Soraya, que declaró como testigo en el proceso abierto en contra del expolítico, "secundara su declaración judicial y su denuncia".
Recordamos que en dichos mensajes Soraya pidió a la actriz que dejase de "inventar" porque ella no había visto ninguna actitud delictiva por parte del de 'Sumar': "Si me citan me ceñiré a los hechos que yo vi y viví, no a lo que otros piensan o dicen de Errejón. Esto no va de ver si el chaval es buena o mala persona, esto va de una denuncia de acoso sexual que tú has puesto y a eso me ceñiré. Plantéate porque no hay nadie de esa fiesta que esté de acuerdo con tu testimonio en vez de intentar convencer a todos de que Errejón es un monstruo. Eso si quieres lo dejas para los platós de televisión. Nosotros somos personas con integridad", le indicó la organizadora de la fiesta en la que presuntamente sucedieron los hechos.
Mouliaá, por su parte, le habría presionado con que es "madre soltera" y con que podría "joderla viva" si vas y dices que "yo estaba súper happy".
La representación de Errejón sostiene que, "a fin de lograr su espurio objetivo, y ante el miedo a tener que enfrentarse a un eventual procedimiento por denuncia falsa, Mouliaá acosó, intimidó y presionó durante días y horas" a la testigo "mediante mensajes de texto y de audio, para convencerla de que lo que sucedió la noche del 8 de octubre de 2021 fue lo que la denunciante expuso en sede judicial".
Todo ello, añade, "a pesar de que la testigo le insistió, firmemente, en que lo que vio, vivió y le narró la propia denunciante en esas fechas, fue muy distinto y, desde luego, no era constitutivo de ningún delito. "Así como que ella se limitaría 'a contar la verdad', porque era su obligación legal y deber como ciudadana íntegra", apostilla.
A juicio de la defensa del exdiputado, "basta leer la totalidad de los mensajes intercambiados entre ambas para verificar el contexto de coacción e intimidación en el que se desarrolla toda la conversación". "La finalidad de la denunciante la era que (la testigo) secundara los hechos denunciados o, por lo menos, no la contradijera, comprobándose que esta, a medida que avanza la conversación, va subiendo de tono, tanto de forma verbal como por escrito, llegando a los insultos", afirma.
En este contexto, la abogada del exdirigente apunta que el artículo 464.1 del Código Penal "describe el delito de obstrucción a la justicia, y castiga, entre otros, al que con intimidación intente influir directa o indirectamente en quien sea testigo en un procedimiento para que modifique su actuación procesal".