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Lo que queda del día

Montero, la familia y Kennedy

Montero vino a parafrasear a Kennedy: 'No pienses qué puede hacer tu partido por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tu partido'

Publicado: 13/07/2025 ·
13:11
· Actualizado: 13/07/2025 · 13:11
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  • La familia socialista congregada en torno a Montero -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Fue concejal en un pueblo de la provincia de Cádiz a inicios de los 90. Ha llegado de los primeros para asistir al acto de María Jesús Montero en Jerez y ha comenzado a repartir fotocopias entre los asistentes en las que aparecen, de un lado, Aznar con Rodrigo Rato; del otro, Feijóo con Marcial Dorado.

Cuando la candidata socialista a la Junta hace entrada en el salón de celebración, él mismo sale a su paso con una pequeña cartulina con un mensaje de apoyo que Montero lee de pasada mientras sonríe y levanta los puños con efusión mientras suena el contagioso Verde que te quiero verde de Lola Índigo.

Aún no lo sabe, pero el mensaje que la nueva líder del PSOE andaluz va a trasladar desde el atril va expresamente dirigido a él y a toda la “familia” socialista, a quien exige un compromiso máximo tras inyectarles una buena dosis de autoestima: cabeza alta y a por todas; es decir, que esas fotocopias circulen por las calles y las redes.

El partido necesita pasar página, está tocado y, a falta de respuestas convincentes, necesita recomponerse desde las bases. Montero, de hecho, no vino a convencer a nadie de que vote al PSOE en las andaluzas, sino a recodarle a los suyos, a su “familia”, que ahora, más que nunca, son “imprescindibles”.

Desde fuera sonó a proclama desesperada, pero, de puertas para adentro, su “todos a una”, como en Fuenteovejuna, aspiraba a rescatar el ánimo en torno a un líder supremo que si tiene la “cara más delgá” es porque “se deja la piel” por los españoles para evitarles el mal trago de tener que vivir bajo un gobierno de derechas -y nosotros sin saberlo-. No hay como un chascarrillo para reconducir el discurso; y eso lo sabe Montero, que se definió como la “artista favorita” del PP.

Y cuando no, le bastó con la apelación a la herencia de las madres y abuelas que han inculcado a sus hijas el camino hacia el empoderamiento, o a la del propio pasado del partido -“nos han torturado, nos han matado...”-, que es como apelar a la emoción, como si no encontrara mejores motivos para reactivar el sentido de pertenencia a la “familia”; siempre la familia, como un vínculo inextinguible e innegociable que no se puede mancillar.

Quiso que se entendiera así, pero, en el fondo, Montero vino a parafrasear  lo que Kennedy dijo en su día a su pueblo: No pienses qué puede hacer tu partido por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tu partido. El partido, la familia. Si sólo se tratase de eso.  

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