El tercer día de huelga indefinida del sector del metal por el preacuerdo frustrado para el nuevo convenio ha marcado un punto de inflexión en el conflicto, que estalló justo hace una semana, tras una multitudinaria manifestación en Cádiz que llegó a reunir a 5.000 personas, y prclamar, en boca de Manuel Balber, portavoz de la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM), que “la paz social se ha acabado”.
“Los compañeros no quieren retrocesos, sino avances”, advirtió entre aplausos de la muchedumbre arremolinada en torno a San Severiano, sobre las 10.30 horas de ayer, antes de partir hacia la sede de Femca. Y apuntó a los responsables de que “Navantia o Dragados sean cárceles” y el futuro de la Bahía de Cádiz quede comprometido por intereses de los sindicatos de clase, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, responsable de la SEPI, y UGT, que ha pactado con la patronal un convenio insuficiente, respectivamente.
Precisamente contra el secretario general de FICA UGT, Antonio Montoro, descargaron su frustración y rechazo los huelguistas. “Ni Montoro ni mil Montoros nos van a arrebatar la dignidad y los centros de trabajo”, aseveró Antonio Muñoz, de CGT, ante las instalaciones de la patronal, y propuso dirigirse a la de UGT para mostrar el rechazo a su dirigiente sectorial.
A partir de entonces, los ánimos se crisparon. La manifestación solo estaba autorizada hasta avenida Marconi. El recorrido hacia la avenida de Andalucía fue improvisado e interrumpió el tráfico inevitablemente en la arteria principal. Escoltados por hasta ocho vehículos de la Policía Nacional, los agentes antidisturbios solo se desplegaron en la sede de UGT y para evitar que la marcha quisiera avanzar a Puertas de Tierra.
Los huelguistas corearon “Montoro, dimisión” y renovaron, antes de dispersarse, su compromiso de tomar las calles cuantas veces sean necesarias para contar con “salarios y condiciones justos”. La presencia de menores contuvo la tensión. De hecho, una niña de apenas cinco años, sobre los hombros de su padre, resumió la mañana, altavoz en mano, animando a los trabajadores y anticipando nuevas movilizaciones hoy: “Ni un paso atrás en la lucha del metal”.
