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La escritura perpetua

Santos

La peripecia de los tres compadres Cerdán/Ábalos/Koldo no es comparable a la sutileza con la que Scorsese silueteaba a los personajes en sus películas

Publicado: 18/06/2025 ·
10:51
· Actualizado: 18/06/2025 · 10:51
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  • Koldo García y Ábalos. -
Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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La peripecia de los tres compadres Cerdán/Ábalos/Koldo no es comparable a la sutileza con la que Scorsese silueteaba a los personajes en sus películas, sino al trazo grasiento de extrarradio con el que Santiago Segura dibuja al sudoroso Torrente. Son tres tarugos iletrados y putañeros infiltrados en un partido feminista y que aboga por abolir la prostitución, dos de ellos, Cerdán y Ábalos, con cargos de máxima responsabilidad política. Pero ahí quedan para un episodio tristísimo de la voluminosa historia negra de España las palabras de Koldo a Ábalos, pronunciadas en un despacho de la zona noble del Ministerio de Transportes, mientras se repartían prostitutas: “A la Ariatna, que está bien, que está recién, está perfecta”. Koldo se inició profesionalmente a los 20 años como vigilante de un vertedero en Navarra. Luego, como guardián de un club nocturno, entró ya directamente en contacto con el mundo que Camilo José Cela denominó de las “izas, rabizas y colipoterras”. “La Ariatna está recién”, decía Koldo a Ábalos, a quien llegó a llamar “el hombre de mi vida”, por los favores realizados en modo de mordidas.

Tres compadres para todo, cómplices de prostíbulo, amigos para siempre, compañeros del alma compañeros, pero uno, Koldo, estuvo grabando sus conversaciones con los otros durante varios años. ¿Qué catadura moral hay bajo la corbata mal anudada de estos sujetos? El periodista Xavier Vidal Folch ha escrito en ‘El País’: “Olvidaban algo básico: quién puede lo más (distraer recursos públicos) puede lo menos (traicionar al cómplice privado)”. Nos ubicamos, pues, ante unos pícaros de esa España eterna que no ha leído ‘El Lazarillo’ pero que lleva la picaresca en la genética. Koldo custodió durante toda una noche en un piso madrileño los avales de Pedro Sánchez para las primarias socialistas de 2017. “Tenían miedo a que las robaran”, ha explicado una fuente del PSOE. ¿Pero ante qué partido estamos?

El daño que los tres compadres, más lo que esté por llegar, ha hecho a la izquierda española es ya irreversible. El periodista Fernando Vallespín ha recordado una frase de Judit Shklar: “El dolor de la decepción política no viene del fracaso de los líderes, sino del descubrimiento de que uno creyó sinceramente”. Pero Pedro Sánchez ha activado otra vez su manual de resistencia. Y en estos tiempos de inestabilidad e incertidumbre política mundial, a la izquierda española solo le cabe esperar una nueva resurrección del muerto.

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