El coste de las sequías se ha duplicado desde el año 2000 y subirá un 35% en 2035

Publicado: 18/06/2025
Pide que evaluaciones de riesgos sólidas, inversiones estratégicas y políticas eficaces contra la sequía
El coste de una sequía promedio en 2025 como mínimo duplicará al que tenía en el año 2000, mientras que para 2035 se espera que el gasto aumente en un 35% con respecto a la actualidad. Esta es una de las conclusiones de 'Perspectiva mundial sobre la sequía. Tendencias, impactos y políticas para adaptarse a un mundo más seco', presentado este martes por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Este nuevo análisis apunta que la superficie terrestre mundial afectada por sequías se duplicó entre 1900 y 2020 y que el 40% del planeta experimentó un aumento en la frecuencia e intensidad de las sequías en las últimas décadas. "Muchas de las sequías más extremas registradas en la historia han ocurrido en los últimos años", advierte.

De este modo, el trabajo estima que las pérdidas y daños ocasionados por las sequías aumentan globalmente a razón de una tasa anual del 3-7,5%. El sector más afectado es la agricultura. En años particularmente secos, el rendimiento de los cultivos puede disminuir hasta un 22%. Si las sequías fuesen el doble de largas, la producción de cultivos clave como la soja y el maíz se podría reducir hasta en un 10%.

En este marco, el organismo internacional llama a "invertir en resiliencia" y dice que, según la evidencia, "cada dólar invertido en la prevención de sequías genera entre dos y tres dólares en beneficios, con un retorno de la inversión en resiliencia que puede ser hasta diez veces superior al costo inicial".

Además, pide mayores esfuerzos para integrar las consideraciones del cambio climático en la planificación a largo plazo y proteger los ecosistemas como fuentes vitales de agua. "Por ejemplo, las tarifas por la extracción de agua en Europa solo cubren entre el 2% y el 3% de los costes de la escasez de agua, y muchos países no integran los impactos climáticos futuros en sus marcos de asignación de agua", avisa.

Más allá de las políticas hídricas, la OCDE insiste en "acciones intersectoriales" para realizar una gestión eficaz de la sequía. En este aspecto, subraya que el uso sostenible del suelo, la restauración de ecosistemas y las prácticas agrícolas adaptativas pueden ayudar a retener el agua en el suelo, regular los ciclos hidrológicos y mejorar la resiliencia.

Así, explica que las mejoras en la eficiencia del riego a nivel mundial podrían reducir el consumo global de agua hasta en un 76%. Además, pone el foco en temas como los cultivos tolerantes a la sequía la adaptación de prácticas en sectores como la energía, el transporte y la construcción.

A grandes rasgos, la OCDE reclama que los países integren evaluaciones de riesgos sólidas, realicen inversiones estratégicas y pongan en marcha políticas eficaces para proteger a las comunidades, fortalecer la resiliencia económica y preservar los ecosistemas de los impactos de la sequía. Asimismo, insiste en la necesidad de una colaboración e intercambio de conocimientos entre sectores.

"Con las estrategias adecuadas, estos esfuerzos pueden sentar las bases para el desarrollo sostenible, garantizando la seguridad hídrica y alimentaria, la resiliencia climática y ecosistemas saludables para las generaciones futuras", explica.

El informe pone de manifiesto que el aumento de las temperaturas incrementa la evaporación, altera los patrones de precipitación y reduce la capa de nieve y las reservas de glaciares. En este sentido, advierte de que en un escenario de calentamiento de más de 4ºC, las sequías podrían ser hasta siete veces más frecuentes e intensas.

Así, avisa de que actividades humanas como la deforestación, la expansión urbana y las prácticas agrícolas insostenibles agravan aún más el riesgo de sequía al degradar los ecosistemas y los recursos hídricos. Entre otras cosas, destaca por ejemplo que el riego representa el 70% de la extracción mundial de agua y que en los lugares donde se practica de forma insostenible puede exacerbar las condiciones de sequía hasta en treinta veces.

Por otro lado, los autores del informe detallan cómo las sequías alteran la disponibilidad de agua dulce. De esta manera, explican que el 37% de la superficie terrestre mundial ha experimentado una disminución significativa de la humedad del suelo desde 1980. Asimismo, el 62% de los acuíferos monitoreados están en declive, mientras que muchos ríos en todo el mundo experimentan disminuciones relevantes en su caudal.

Según denotan, estos cambios en la disponibilidad de agua aceleran la degradación del suelo y afectan de forma negativa a ecosistemas como bosques y humedales, lo que tiene consecuencias en la biomasa y la distribución de las plantas. "Esto amenaza la biodiversidad y altera servicios ecosistémicos esenciales, como la purificación del agua y el secuestro de carbono, lo que agrava los riesgos de sequías futuras mediante ciclos de retroalimentación perjudiciales", recalca.

En el informe también se recuerda que las sequías causan el 34% de todas las muertes relacionadas con desastres naturales a pesar de representar sólo el 6% de los mismos y que ponen en peligro la seguridad alimentaria atrapando a las personas en ciclos de pobreza, lo que agudiza las desigualdades sociales. Por ello, también exacerban el desplazamiento y la migración.

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