La asociación Nofumadores.org ha reclamado al Ministerio de Sanidad que la nueva Ley del Tabaco incluya las playas como espacios libres de tabaco, vapeo y residuos contaminantes como las colillas, una medida que en la actualidad solo puede regularse a través de ordenanzas municipales, para lo que ha recopilado alrededor de 383.577 firmas en la plataforma Change.org.
Nofumadores ha trasladado su petición después de conocer que Francia implementará a partir del 1 de julio la prohibición total de fumar y desechar colillas en sus playas. La ministra de Sanidad francesa, Catherine Vautrin, ha anunciado que esta medida formará parte de la próxima Ley del Tabaco gala, que convertirá también parques, espacios deportivos, recintos culturales y paradas de autobús en espacios sin humo e impondrá multas de hasta 135 euros, a fin de avanzar hacia una "generación sin tabaco".
Según ha destacado la asociación, con esta decisión, Francia vuelve a adelantar a España y se posiciona como uno de los países europeos más ambiciosos en materia de control del tabaquismo y protección de la salud pública. Ya lo hizo en 2020, cuando subió el precio de la cajetilla de tabaco a 10 euros, precio que aumentó a 12 euros en 2025 y seguirá subiendo a 13 euros durante 2026, mientras que en España el precio medio de la cajetilla es de cinco euros.
En cuanto a las playas sin humo en España, Nofumadores tiene contabilizadas hasta la fecha un total de 793 playas de este tipo en el litoral, a falta de que muchos ayuntamientos publiquen la actualización de sus arenales sin tabaco para el próximo verano. Estas playas representan aproximadamente el 20 por ciento de los más de 3.500 arenales nacionales. No obstante, ha advertido que la mayoría no cuentan con mecanismos reales de control o sanción.
Al hilo, la presidenta de la asociación, Raquel Fernández Megina, ha señalado que las playas, como las piscinas, son espacios de ocio públicos que deberían estar sujetos a una "especial protección" para desnormalizar el tabaco, proteger la salud de la población y evitar el impacto ecológico de las colillas.
CONTAMINACIÓN DE COLILLAS Y VAPERS
En España se consumen cerca de 90 millones de cigarrillos al día, lo que genera unos 32.800 millones de colillas al año, de las cuales un 15 por ciento acaba en las playas, según han informado desde Nofumadores. Cada colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua dulce y entre 8 y 10 litros de agua marina, liberando toxinas como arsénico, cadmio, nicotina y alquitrán que persisten hasta 12 años. Una sola colilla puede ser letal para la mitad de los organismos acuáticos expuestos, afectando gravemente la biodiversidad marina.
Además, el acetato de celulosa que las compone es un plástico que no se biodegrada, sino que se fragmenta en microplásticos que permanecen durante décadas en ríos y océanos. Estos fragmentos son ingeridos por peces y moluscos, y terminan entrando en la cadena alimentaria humana. Estudios recientes confirman que todos los humanos analizados contienen microplásticos en su cuerpo, prueba de la magnitud del problema.
En cuanto al impacto de los vapeadores desechables sobre el medio ambiente, Nofumadores ha aseverado que se trata de un "serio problema" en todo el mundo. En Reino Unido, se desechan cerca de 1,3 millones de unidades por semana, lo que representa un desperdicio constante de baterías de litio integradas en carcasas de plástico "casi imposibles" de reciclar. En España, se estima que circulan entre medio y un millón de unidades semanales, muchas de las cuales acaban mezcladas con basura general o en vertederos, o incluso en las mismas playas.
