Germán saca a El Puerto a subasta

Como buen kakistócrata, nuestro alcalde se nos bunkeriza concentrando el poder del consistorio con sus dos amigotes de batalla. No son los mejores, sino los más fieles o de los más necesitados de un puesto de trabajo. No vienen del mundo laboral ni tienen otra alternativa que vivir de la política.
Que los políticos, tal y como se vaticinaba, acaben siendo “analfabetos” en un futuro está por ver Esta pandilla, son personas sin experiencia ni competencias, convertidos en profesionales de partido con una formación muy escasa que, sin ejercer profesión alguna se montan ya en coche oficial.  Amantes del poder vitalicio, demagogos que emplean el poder otorgado temporalmente en beneficio propio con la intención de perpetuarse en su ejercicio, manipulando y engañando a los electores en nombre de un interés común que no respetan. Defensores de los fines que siempre justifican los medios, aunque haya que vender El Puerto al mejor postor.
Un gobierno de los más ineptos, de los incompetentes, de los menos calificados ya sea en términos de ética, competencia o moralidad y más cínicos, que practican una política populista, de las mentiras, la demagogia y el cinismo, que son la base y el sustento de este gobierno de German.
Que los políticos, tal y como se vaticinaba, acaben siendo “analfabetos” en un futuro está por ver. La verdad es que, a medida que pasa el tiempo, la realidad de nuestro Ayuntamiento le da la razón.
 Estos Sres. son responsables de empobrecer nuestra ciudad, de sacar a subasta nuestras emblemáticas Cuevas de la Sierra de San Cristóbal y las bodegas Campbell, de arrastrar a la liquidación a una empresa municipal como Impulsa con una deuda superior a los 23 MM € de la que ellos y el PP han sido gestores durante más de 14 años. Lamentablemente no serán las únicas, y veremos como saldrán muchas más propiedades municipales como la Isleta y los terrenos del campo de futbol del Cuvillo, entre otros, que hubieran sido motores económicos de nuestra ciudad. Pero son oportunidades perdidas por el mal hacer de los que hoy tienen el poder, ya sea por su ignorancia, ya sea por su propio interés.