La presencia del
Cristo de la Expiración en la
Basílica de San Pedro del Vaticano ha dejado momentos imborrables para los fieles sevillanos que se han desplazado hasta Roma con motivo del
Jubileo de las Cofradías. Uno de los testimonios más emotivos es el de una sevillana que lleva
once años residiendo en la capital italiana sin poder volver a vivir la Semana Santa de Sevilla.
“
Son once años viviendo en Roma y por cuestiones de familia y trabajo no he podido volver a la Semana Santa de Sevilla”, relata emocionada. Asegura que con tan solo ocho años conoció la pasión por las cofradías gracias a
Pascual González, de
Cantores de Híspalis, y su hija Elisabeth, quienes le explicaron la historia de las hermandades y la profunda devoción de la ciudad. “
Con él aprendí todo esto”, recuerda con gratitud.
Aunque procede de una familia no católica y se declara agnóstica, reconoce que al ver al Cachorro en el Vaticano
no pudo evitar echarse a llorar. “
Es una imagen que se echa de menos, cuando te acostumbras a verla todos los años en Semana Santa. Cuando la ves después de once años, es un
regreso a tu pasado, a tu historia y tu identidad como sevillana”.
Inspirada por una sevillana compuesta por Pascual González, afirma con ternura que “
el Cachorro ha visto algo más que los balcones y las rejas de la Cava, sino que también ha visto la
Basílica de San Pedro y el cielo azul de Roma”.