A falta de tan solo una jornada por disputarse en Primera Andaluza, ya se conoce que el Chipiona CF volverá a competir el próximo año en Segunda Andaluza. Los azules no han podido salvar una temporada complicada desde el principio debido a la competencia feroz con equipos punteros de la provincia, respaldados por presupuestos económicos mucho más sostenibles, o simplemente, más permisivos a la hora de acceder al mercado de fichajes para reforzar a la plantilla de un buen nivel competitivo; porque, precisamente, ese ha sido señalado como otro de los posibles problemas a los que se ha enfrentado un Chipiona CF, cuya plantilla apenas ha sufrido modificaciones respecto a la temporada pasada en Segunda Andaluza. El salto de calidad entre divisiones se ha notado en exceso.
La adaptación no ha sido sencilla, tampoco para muchos futbolistas, demasiado jóvenes para asumir responsabilidades desde el inicio, al igual que el entrenador, Álvaro Zarazaga, que hizo soñar por momentos con la permanencia pese a encontrarse tan solo ante su primera temporada en un equipo senior. Para colmo, los problemas con las lesiones también han afectado, como sucedió con el portero Andrés, clave para sumar puntos tan importantes como la ya histórica victoria en Guadiaro. Y la suerte, por otro lado, tampoco ha acompañado a un equipo que, a lo largo de la temporada, ha perdido muchos puntos en los últimos minutos, como ocurrió contra el Bazán, en un partido que prácticamente fue el que enterró las esperanzas de los chipioneros por salvarse, o contra todo un Racing Club Portuense en el Estadio Gutiérrez Amérigo, en el que terminó con un empate en el marcador con claro sabor a derrota.
Aun así, la realidad es que, aunque la suerte hubiera sonreído al Chipiona CF un poco más esta temporada, la consecución de la permanencia hubiera sido cuestión casi imposible o, al menos, realmente difícil. La catarata de descensos derivada de los descensos de San Fernando CD y el Cádiz CF Mirandilla de Segunda RFEF a Tercera RFEF, además de la renuncia de la UD Algaida a su plaza en División de Honor, ha hecho no solo que caiga el Cádiz CF C a Primera Andaluza, sino que, además, sean cinco descensos en vez de cuatro los que se produzcan a Segunda Andaluza. Es decir, que el Chipiona CF tendría que haber sumado en torno a 15 puntos, al menos, más para evitar el descenso. Y, aun así, en ese hipotético caso, todavía podría caer de vuelta a Segunda Andaluza en la que hubiera sido considerada como una temporada más que digna por parte de los chipioneros.
Lo cierto es que, a día de hoy, el Chipiona CF solo debe centrarse en despedir la temporada con la cabeza lo más alta posible, lo que pasaría por regalar un triunfo a su afición en la última jornada de competición, pese a que no tener nada más en juego que el honor y el orgullo. Un regalo a esos seguidores fieles, que nunca le han soltado de la mano ni en los momentos más complicados y que se han dejado la garganta cada fin de semana en el Gutiérrez Amérigo por el amor a los colores de su equipo, de su pueblo.
Ese partido será el próximo domingo, día 11 de mayo, a partir de las 19:30h. en el Estadio Gutiérrez Amérigo. Será el último partido del equipo en Primera Andaluza una vez confirmado el descenso, aunque con la promesa de pronto volver… por ellos; porque quizás el nivel ofrecido por el equipo esta temporada no ha sido suficiente para competir en Primera Andaluza, pero la afición es, indudablemente, de una categoría superior.
