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Miércoles 30/04/2025
 
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Eugarto: “La clave está en hacerse preguntas, así es mi manera de reflexionar”

Publicaciones del Sur, recupera y recopila cada una de las creaciones de Eugenio Garcés entre 2021 y 2024 bajo su heterónimo, Eugarto.

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  • Eugenio Garcés, Eugarto, con el libro que sale ya a la venta -

Todo comenzó casi como una vía de escape en mitad de la pandemia. Eugenio Garcés decidió “fotografiar” su mente a través de una serie de viñetas que, poco a poco, comenzaron a hacerse populares. De ahí al salto a las páginas de andaluciainformacion.es y los periódicos Viva todavía mediaron casi tres años. Ahora, un libro, editado por Publicaciones del Sur, recupera y recopila cada una de sus creaciones entre 2021 y 2024 bajo su heterónimo, Eugarto. Este martes, en el Café de Levante de Cádiz, a las siete de la tarde.

 

¿Quién es Eugarto?

–Es el heterónimo de Eugenio Garcés, una persona inquieta, aprendiz de todo y maestro de nada. Eugarto es Eugenio Garcés, una persona nacida en Madrid y residente en Cádiz desde hace 30 años; me siento de los dos lugares.

¿Cuándo publicaste la primera viñeta?

–Esto es una aventura nacida en la pandemia. En la primavera del 21 decido empezar a producir, tanto temas de imagen como de pensamiento, y elijo el formato de viñeta, que nunca lo había planteado antes. He hecho fotografía, sociología, epistemología, pero esto era distinto. Mezclé las dos cosas, la imagen con texto y una tradición que tengo de mi padre, a partir de las revistas antiguas de humor y de crítica, como La Codorniz. Empecé a hacerlas para mí y algunos amigos empezaron a interesarse.

En el libro se define cada una de tus creaciones como una “fotografía del pensamiento”.

–Lo agradezco, está bonito, creo que es un halago. Es verdad que en origen empiezan siendo como píldoras de conocimiento en formato formal gráfico, esto te permite a veces no tener que explicar todo, porque la grafía te aporta y se es más contundente. De lo que se trataba era de poder utilizar conocimientos sin tener que demostrar los resultados y tener imágenes construidas con pensamientos, mezclados, sin necesidad de que ninguna de las dos sean definitivas, sino que se apoyen unas en otras.

El salto a la prensa de las viñetas implica un valor editorializante, pero no sé si ése es tu concepto original o es algo sobrevenido...

–Cuando nació no era así, eran exclusivamente para mí y círculos íntimos. Un ejercicio exclusivo mío solo, pero es cierto que desde que colaboro en Andalucía información y los Viva, es verdad que, depende de para qué, pongo la mirada pensando en que van a ser publicadas en formato periodístico. Ahora procuro ser más certero o hacer más pensando en el periódico. Antes era más libre a la hora de elegir un tema, las hacía de tipo filosófico, psicológico, humorísticas… pero el hecho de publicar en prensa me hace afinar la herramienta para estar a la altura del periódico.

En cualquiera de los soportes, lo que se aprecia es una actitud crítica ante lo que pasa en el mundo

–Sí, creo que la clave está siempre en hacerse preguntas, es mi manera de reflexionar. Casi todas las viñetas no plantean nada bueno ni malo, sino preguntas, que se pueden resolver en función de las ideologías, pero en principio lo que me gusta es preguntarme y preguntar, más que concluir.

¿Se ha perdido el sentido crítico dentro de las nuevas generaciones?

–Hay de todo. Por un lado hay una cosa que es saber distinguir entre la crítica y la queja. Hay mucha queja ahora mismo, pero eso es distinto a la crítica. La crítica denuncia una situación que no encaja, que es cuestionable o mejorable. Hay crítica pero hay mucha queja. El gran maestro, por ejemplo, es El Roto, es ejemplarizante. Pero no hay tantos Rotos.

Otro componente importante de una viñeta periodística es el humor, ¿con qué tipo de humor te sientes más identificado?

–No todas las viñetas son de humor, pero las que lo son tienen muy presente mis influencias de aquellas revistas humorísticas que leía de pequeño como La Codorniz, son humores ácidos, negros, siempre hay un guiño denunciativo sarcástico y revelan un sentido del humor.

Antes citabas a El Roto, pero me gustaría saber ¿cuáles son tus referencias dentro del humor gráfico?

–La principal la tengo muy clara, y es mi padre leyendo revistas de humor gráfico, como La Codorniz, Hermano Lobo, leer mucho a los surrealistas, a Gómez de la Serna… son referencias que tengo claro desde siempre. Pero no sé dibujar, no tengo talento para dibujar. Esto no quiere decir que me compare con los maravillosos autores que aparecían allí.

Dices que no sabes dibujar, ¿cómo te ayudas para tus composiciones gráficas?

–Las viñetas surgen directamente del pensamiento y otras son a partir de imágenes que he encontrado y les he puesto texto. Hay un maridaje entre texto e imagen que es donde se encuentra el origen de la viñeta. Trabajo con un programa de edición que es el que me ayuda a construir cada viñeta. Lo que no he usado es inteligencia artificial, porque parte de esto es divertirme, me lo paso muy bien. Esa parte artesanal es un poco de lo boomer que soy.

Aún así, repasando las viñetas recogidas en el libro hay otra referencia que me parece importante, que es la del concepto artístico del collage.

–Hay una intención de collage, de proponer sólo lo que se ve. Cuando empecé con la fotografía empecé haciendo collages, y es algo que siempre me ha atraído.

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