Hoy he ido al médico de cabecera, necesitaba que me inyectaran un analgésico en la rodilla. Pero no ha podido ser, eso ya no se hace en el centro de salud.

“No se preocupe, si la va a ver el reumatólogo.” La que no se va a preocupar es ella, yo me quedo con el dolor. “¿Y un parche de lidocaína? ““Uy, eso ya hace mucho tiempo que no se receta”

Estoy desfasada para esta nueva sanidad carente de tantas cosas. Pero el que no se consuela es porque no quiere. Si tuviera cáncer y viviera en Chiclana tendría que hacer doscientos kilómetros para darme el tratamiento porque me enviarían a Algeciras. ¿Qué le sienta mejor a un enfermo oncológico que estos viajecitos? Imprescindible la bolsa para el vómito y que no se desmadeje usted mucho en el bello recorrido porque tendrá que bajarse de la ambulancia y acceder a su casa.

¿Y un tratamiento experimental en neurología? Pues el equipo de neurólogos del Hospital de Jerez que estaba investigando ha dejado de percibir honorarios para ello. El que quiera investigar que se vaya fuera, le han dejado claro al equipo. Fomentan la fuga de talentos. ¿No es Jerez un hospital universitario? Claro, hombre, porque se estudia Enfermería, lo de investigar es otra cosa, aquí no hay dinero. No se puede venir a este destino con pretensiones.

No hay dinero porque no se le destinan fondos, porque no se prioriza el avance en nuevos tratamientos. Ya no hay pasitos p’alante María, todos son hacia atrás.

Por no haber no hay ni para cartas para anunciarte esa cita que solicitaste hace un año, ahora se envían mensajes. Si usted es un octogenario que no está pendiente de esas cosas, pues mala suerte, no le verán nunca y cuando vaya a reclamar le dirán que no acudió a la cita. No sólo los bancos están en contra de los mayores, también el sistema de citas de la Seguridad Social. Eso no sucedía con Rajoy, señor Moreno, él te subía un céntimo la pensión pero te lo decía por carta