El abandono a que el Ayuntamiento tiene sometida a Sevilla afecta a toda la ciudad y a todos sus aspectos y servicios, es generalizado. Por eso cada día hay ocasión de sorprenderse ante cada una de las continuas muestras con que nos “obsequian” nuestros munícipes, quienes parecen cuidar la duración de su descuido a todas las infraestructuras.
Será difícil mantenerlo todo a punto, pero esa es su función, para eso han sido votados, aunque ya muchos preferirían botarlos, pero esta democracia es tan incompleta como los políticos se consideran libres de cumplir su deber.
Pero si no son capaces, un mínimo de dignidad y respeto a la ciudadanía aconseja la renuncia al cargo. Cuando no se sabe llevar, la mejor salida es la dimisión.
Es bueno observar, por ejemplo, los parques. El de San Telmo no puede estar peor, ya después de nada no hay ná. El Casino y el Teatro una de las joyas del 29, dos monumentos dignos de ser admirados y utilizados, totalmente abandonados y por tanto deteriorándose.
Las zonas verdes contiguas a la Avenida de María Luisa convertidas en selva. Una verdadera vergüenza, por eso ajena, por supuesto, más aún en una zona céntrica y muy visitada por el turismo, para ofrecer la cara más lamentable de Sevilla. Sevilla no merece esto.
¿Qué pasará entonces en zonas menos céntricas, menos visibles y por tanto menos turísticas, como pueden ser los Remedios o Amate. Es cuestión de distancias y los retretes una invitación a evacuar entre los arbustos, pues se mantienen cerrados y en proceso de deterioro.
Al parque se puede ir para dar un paseo o para echar algunas horas, pero esos servicios, construidos para prestar servicio no lo prestan porque mejor que mantenerlos parece ser dejar que se deterioren. Es más barato mantenerlos cerrados que en uso.
¿Será todo lo que pueden responder?