Largas colas se formaron en los accesos del pabellón y la lluvia, que caía de forma intensa no fue obstáculo para que la fila fuera creciendo por momentos. Esto hizo que los responsables del Patronato de Deportes, decidieran crear un circuito interior, para meter dentro del pabellón al mayor número de personas posibles, evitando que se mojaran en plena calle.
Niños y no tan niños, fueron pasando ante la copa, inmortalizando el momento con cámaras de fotos o teléfonos móviles, muchos con ojos incrédulos, pero el momento, aunque breve, fue una realidad y no un sueño. La copa estuvo expuesta durante dos horas, en los que cientos y cientos de personas pasaban cada momento, ante un fuerte dispositivo de seguridad, tanto privada, como de la Policía Nacional, si bien el excelente comportamiento del público no hizo necesaria que las fuerzas entraran en acción. Sólo junto a la copa había dos guardas de seguridad, además de personal del Patronato de Deportes. Los isleños, muchos de ellos ataviados con la camiseta de la Selección Española de Fútbol, iban pasando ante la copa, separada del público lo suficiente para que no se pudiera tocar, pero lo suficientemente cerca como para observarla con detalle.
El discurrir del público resultó fluido y una vez abiertas las puertas, el tiempo de espera no resultaba excesivo, pero conforme avanzaban los momentos, fueron muchas las personas que se encontraban en el complejo de Bahía Sur que apuraban para poder ver la primera Copa del Mundo ganada por España.
Fue poco tiempo, pero con esta breve estancia de la Copa del Mundo en San Fernando, el Ayuntamiento isleño ha querido certificar su apuesta desde hace años porque San Fernando sea la ciudad del deporte.