El tiempo en: Utrera

Lo que queda del día

Hipervigilados

Las ventajas de vivir inmersos en la era de la hipercomunicación nos ha convertido en la sociedad más hipervigilada desde los años de la Stasi

Publicado: 27/07/2025 ·
11:19
· Actualizado: 27/07/2025 · 11:19
  • Pillados en el concierto de Coldplay -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

VISITAR BLOG

"Que las manzanas no huelen, que nadie conoce al vecino, que a los viejos se les aparta después de habernos servido bien. Que el mar está agonizando, que no hay quien confíe en su hermano, que la tierra cayó en manos de unos locos con carnet”. Puede servir para describir el presente, pero lo escribió Serrat en 1981, antes incluso de que Felipe González ganara sus primeras elecciones.

No es la letra de un visionario. Simplemente, cuatro décadas más tarde, hemos sido incapaces de corregir ni uno solo de sus versos pese a los dinerales invertidos en campañas de concienciación. Las únicas que realmente han funcionado en todo este tiempo han sido las del “póntelo, pónselo” y las de los accidentes de la DGT; es decir, dos de las cuestiones que más preocupan a Woody Allen y buena parte del universo: el sexo y la muerte.

Para todo lo demás hacemos como que seguimos inmunizados, aunque coincidamos con Serrat y critiquemos que son los tomates los que ya no huelen, que la gente ya no da los buenos días ni en el ascensor, que cada vez hay más residencias para mayores, que si los microplásticos, que si la corrupción, que si Trump y Putin.

Ni siquiera somos capaces de sacar ventaja de los avances experimentados en los últimos 40 años: una parte relevante de la generación española más preparada de la historia sigue buscándose la vida fuera de nuestro país y las ventajas de vivir inmersos en la era de la hipercomunicación nos ha convertido en la sociedad más hipervigilada desde los años de la Stasi -una oreja en cada casa-: ya no se puede mentir ni en el currículum, y mucho menos ir tranquilo al concierto de un grupo pop, aunque lo primero  que pensé al ver la pillada del concierto de Coldplay no fue en la ruina para la pareja de amantes, sino en el hecho de que todo el mundo sepa que has ido a un concierto de Coldplay, que ya hay que tener mal gusto.

Sí, ya sé, no puede haber tanta gente equivocada, como me recordaba mi profesora Carmen Herrero en la facultad, pero el día que supe que Guardiola puso en el vestuario el Viva la vida como banda sonora de fondo a su primera Champions con el Barça empecé a perderle el respeto.

Orwell imaginó esto de la hipervigilancia con un enorme monitor en cada casa que controlaba nuestros movimientos, pero ha sido mucho peor: el monitor lo llevamos en el bolsillo y siempre hay alguien grabando.  

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN