Parecía imposible, pero se ha hecho. Trabajadores del astillero de Navantia en Cádiz, con refuerzo puntual de compañeros de Puerto Real y San Fernando y sin la industria auxiliar, como es habitual, han sacado el crucero Liberty del dique, donde quedó atrapado por la huelga del sector del metal.
El viernes, Ben Clement, vicepresidente de la Carnival, mantuvo una reunión con la dirección de la factoría de la empresa pública en la capital gaditana para reclamar la salida del buque.
La multinacional expresó su preocupación por la situación, dado que apenas se han llevado a cabo entre un 20 y un 30% de los trabajos encargados, una vez que las plantillas de las empresas colaboradoras asumieron una postura de no colaboración la semana pasada, sin horas extras ni acudiendo al tajo sábados y domingos.
Además, Carnival advirtió de que reclamará 4,5 millones de euros por perjuicios y que elevará una queja a Cruise Lines International Association, entidad que representa a la industria.
Ante esta coyuntura, Navantia Cádiz decidió suspender la actividad en la noche de ayer para reanudarla a las 04.00 horas con una veintena de efectivos de su plantilla para iniciar la operación de salida, que concluyó en torno a las 11.00 horas de forma exitosa.
La empresa pública confía de este modo que Carnival mantenga su compromiso de carga de trabajo para los próximos años, con la reparación de once cruceros.
El astillero también espera que la negociación por el nuevo convenio del sector del metal se resuelva favorablemente este domingo y evitar, a partir del lunes, la huelga indefinida.
De este modo, el próximo día 25 podría llegar la fragata Numancia para su modernización. Ante las movilizaciones, la Armada retrasó la fecha, prevista justo antes de los dos días de paros. En caso de que no haya solución al conflicto, no es descartable que el buque recale finalmente en el astillero de Ferrol.