La Hermandad del Rocío de Jerez hizo su entrada en la ciudad en la tarde de ayer tras la jornada de embarque de vuelta desde Sanlúcar y el Simpecado encontró refugio en Santo Domingo en torno a las nueve de la noche, poniendo así el colofón a una romería memorable.
Los romeros jerezanos regresaron a Santo Domingo después de una jornada en la que estaba previsto el embarque en Malandar sobre las 11.00 horas, para rezar el Ángelus en la capilla del Carmen de Bajo de Guía y buscar la carretera del Barroso.
En el recuerdo, muchas vivencias, en especial el reencuentro de la Virgen del Rocío con el Simpecado de la Hermandad de Jerez este pasado lunes cuando apenas restaba ya un cuarto de hora para el mediodía, en el tramo final de una procesión que se prolongó por espacio de diez horas. Allí sonaron las palmas a compás para reclamar la presencia de la Reina de las Marismas y llegó el momento más esperado del año, con fray Daniel Wankun rezando la salve junto al Simpecado.
La Hermandad se despidió de la aldea a primera hora del martes, pasando por última vez ante la Blanca Paloma justo en el inicio del camino de vuelta.
