El Cortijo de Cuarto acogerá la noche del próximo domingo el estreno absoluto de En una clara noche de luna, la nueva creación de la coreógrafa y bailarina Lucía Vázquez, dentro del Festival Internacional de Danza de Itálica 2025.
Con cinco intérpretes y una puesta en escena que combina danza contemporánea, música en directo y canto lírico, la obra propone una experiencia sensorial profundamente poética, concebida desde una mirada neorromántica contemporánea.
Pedro Chicharro, director del Festival, ha definido la obra como "una propuesta vanguardista de un equipo que tiene una amplia trayectoria. Se trata de una pieza llena de emociones, romanticismo y melancolía".
Y ha subrayado que "es una obra de una de las figuras más influyentes actualmente de la danza en nuestro país, que usa la influencia de la danza japonesa y la danza contemporánea conceptual".
Lucía Vázquez es una de las coreógrafas con mayor proyección de la danza contemporánea española. Su lenguaje escénico se caracteriza por una depuración formal, sensibilidad poética y una fuerte influencia de la estética japonesa. Ha sido artista residente del Centro Coreográfico Canal (Madrid) y ha presentado sus obras en Japón, Corea del Sur, India, Italia y Macao, así como en espacios como el Teatro Central, Teatro Alhambra, Teatro Maestranza, C3A de Córdoba o los Teatros del Canal.
"La obra parte de la nocturnidad. Nos interesaba el misterio, evocando la naturaleza y la espiritualidad de la figura femenina", explica Lucía Vázquez. "Trae a lo contemporáneo el romanticismo y también lo clásico, utilizando nuevos lenguajes y nuevas formas de usar el cuerpo. Llevamos trabajando en la obra desde el mes de abril, siendo creada exprofeso para el festival".
Junto a Lucía Vázquez, participan la bailarina Rocío Barriga, la italiana Lisa Malaguti, la soprano Aylén Bárbara Gerull y el compositor y músico experimental Miguel Marín.
"La música se ha compuesto a la vez que la coreografía, siempre en consonancia con Lucía, dando importancia a la figura de la mujer como matriarca, y teniendo en cuenta el lugar donde se va a estrenar la pieza, que nos inspira esa nocturnidad y los seres mágicos como lobos y hadas", señala Miguel Marín. "Nos acompaña la soprano Aylén, gracias a una idea que surgió en nuestro taller hace un par de años", agrega.
El equipo creativo se completa con la asistencia coreográfica de Sandra Ortega, la iluminación de Benito Jiménez y el vestuario de Gloria Trenado junto a Atelier.
La obra ha contado con residencia técnica en el Teatro de La Rinconada y es una coproducción del Festival Internacional de Danza de Itálica, en colaboración con el Centro de Creación Coreográfica de Andalucía, la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, el Conservatorio Profesional de Danza "Antonio Ruiz Soler" y el Área de Cultura del Ayuntamiento de La Rinconada.
La pieza parte de la imagen simbólica de la luna como metáfora de lo femenino, lo introspectivo y lo vulnerable. El movimiento, la voz y el sonido se combinan en escena para construir un espacio de contemplación emocional, donde lo frágil se celebra como motor poético.
