Desde hace siete años, la capital gaditana acoge dos manifestaciones con motivo del Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo. Por un lado, la convocada por los sindicatos de clase, CCOO y UGT; por otro, la organizada por el autodenominado sindicalismo alternativo en torno a la Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz, integrada por CTA, CTM, SAT, Ustea, Autonomía Obrera y CGT. Uno de los portavoces de estas organizaciones, Rubén Gómez, eludió hacer referencia a la irreconciliable unidad y defendió la fortaleza de las siglas que integran la confluencia, “pese a la persecución que sufren”, por ejemplo, los compañeros del metal en la industria auxiliar. En declaraciones a los medios, Gómez cargó las tintas precisamente contra la Ley Mordaza, “que impide que los sindicatos puedan reivindicar el cumplimiento de los convenios, el diálogo entre empresarios y representante de los trabajadores y, por lo tanto, impide que podamos ser contrapoder ante los incumplimientos de la legislación laboral”.
Por otro lado, expresó su preocupación por que “la clase obrera trabajadora pague la crisis por una economía de guerra a costa de los servicios públicos”.
En el manifiesto que se dio lectura al término de la marcha, que discurrió desde la Glorieta de San Severiano hasta la la Plaza de la Aviación del barrio de Loreto con en torno a un millar de participantes, los sindicatos insistieron en que “los gobiernos pretenden continuar desmantelando todos los servicios públicos, aniquilando el derecho a la sanidad, a la eduación, a las pensiones, a la vivienda... y a la vez, perseguir, criminalizar la legítima lucha reivindicativa social y sindical utilizando también la precarización como autorrepresión”. “En las fábricas, los campos, las empresas, comercios, administraciones, en todos los sectores se sufren condiciones leoninas y, al ser de hecho desposeída de los servicios públicos, la población se acerca silenciosa y progresivamente a niveles alarmantes de empobrecimiento”, insistieron.
Ante ello, reivindicaron “el Movimiento Obrero, organizado en un sindicalismo de nuevo tipo, junto con las gloriosas mareas en defensa de lo Público y todos los movimientos y colectivos sociales, para debernos a una sola lucha, una lucha internacionalista y de clase, la de la clase trabajadora”.
La convocatoria estuvo encabezada por siete compañeros del sindicato ATA de la planta de Acerinox en Palmones, Los Barrios, que tienen un juicio el 19 de mayo en el que la compañía acerera les pide 28 millones de euros por su implicación en la huelga indefinida del año pasado. El portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, presente en la manifestación, mostró su apoyo a los empleados y lamentó “la persecución que sufren”. Ante esto, pidió a los ciudadanos organización para defender los derechos laborales frente a los gobierno. Por su parte, el responsable local de la formación, David de la Cruz, respaldó a vigilantes y limpiadoras municipales y trabajadoras de Ayuda a Domicilio, sectores “precarizados”, que no reciben respuesta del Ayuntamiento.
En la Plaza de la Aviación del barrio de Loreto se instaló una barra solidaria y el grupo de la FRAC ofreció una actuación, junto a callejeras carnavalescas como la comparsa del Ennio y los Jorobados de Notre Cádiz.