Vejer de la Frontera, como el resto de España y Portugal, vivió este lunes 28 de abril uno de los episodios más desconcertantes de los últimos tiempos: un apagón eléctrico sin precedentes que dejó a millones de ciudadanos sin luz, sin cobertura telefónica y, en muchos casos, sin información fiable. En apenas cinco segundos, a las 12:33 horas, desaparecieron del sistema energético 15 gigavatios de potencia, lo que supuso el 60 % de la demanda total peninsular en ese instante, según confirmó el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
En Vejer, como en otros municipios españoles, la jornada se tornó caótica. El desconcierto se apoderó de buena parte de la población, mientras los teléfonos móviles se quedaban sin señal y la única fuente de información disponible eran las ondas de radio, principalmente Radio Nacional de España (RNE), que mantuvo su señal y su cobertura informativa cuando todo lo demás parecía haberse detenido.
Respuesta municipal inmediata
El Ayuntamiento de Vejer reaccionó con rapidez al evento activando un equipo de coordinación municipal para atender cualquier tipo de incidencia derivada de la interrupción del suministro. Miembros del equipo de gobierno se concentraron en la Jefatura de la Policía Local durante toda la tarde para seguir la evolución de los acontecimientos y garantizar una respuesta ágil y eficaz.
Una de las prioridades fue la atención a los centros de mayores, especialmente la Residencia de Los Remedios, donde se tuvo que trasladar a los usuarios a las plantas superiores ante la imposibilidad de usar ascensores. También se mantuvo una comunicación constante con el Consorcio de Aguas, que logró asegurar el suministro hídrico durante toda la jornada, un detalle crucial en momentos donde la funcionalidad básica se pone en juego.
Desinformación, ansiedad y búsqueda de lo esencial
La incertidumbre creció conforme avanzaban las horas. Sin cobertura móvil ni acceso a internet, muchas familias vejeriegas se volcaron en la radio como única ventana al exterior. Las tiendas y supermercados del municipio vieron cómo se agotaban rápidamente productos básicos como pan, agua, pilas, linternas, velas y bombonas de butano. En muchos hogares, dependientes en gran medida de la electricidad para tareas cotidianas, la sensación fue de vulnerabilidad total.
Hubo momentos de tensión e incluso miedo, con rumores circulando sin control sobre posibles causas o duraciones del apagón. Solo bien entrada la madrugada comenzaron a restablecerse de forma paulatina las comunicaciones y el suministro energético.
La noche más larga: entre la calma y el esfuerzo colectivo
A nivel andaluz, el Plan Territorial de Emergencias fue activado en su fase 3, y el 112 se convirtió en el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi), desde donde se gestionaron avisos relacionados con seguridad ciudadana y asistencia sanitaria. Aunque la mayoría de los incidentes en Vejer se mantuvieron dentro de la normalidad, en otras zonas de Andalucía se registraron robos, quemas de contenedores y un aumento de las llamadas de urgencia.
La UME, la Guardia Civil y la Policía Nacional se desplegaron en puntos críticos del territorio nacional. En el caso vejeriego, la Policía Local fue clave para mantener el orden, reforzar la seguridad y colaborar en tareas asistenciales, una labor que el Ayuntamiento ha agradecido públicamente.
La vuelta a la calma: entre la prevención y el agradecimiento
El servicio eléctrico se restableció completamente en Vejer sobre las 06:00 horas del martes, permitiendo que los centros educativos pudieran abrir sus puertas, aunque sin actividades lectivas, como dictaban las instrucciones del Gobierno central. Los centros de trabajo de la Junta en el municipio también recuperaron la actividad, si bien se ofrecieron facilidades de teletrabajo ante las posibles dificultades logísticas de muchos empleados.
Pedro Sánchez ha subrayado que, aunque se ha restablecido el 99,95 % de la demanda energética, las causas exactas del fallo siguen sin esclarecerse. “Se están analizando todas las causas posibles sin descartar ninguna hipótesis”, dijo, calificando el suceso de "anomalía sin precedentes".
Vejer: resiliencia y civismo
En medio del desconcierto, Vejer mostró una vez más su cara más solidaria. Empresas y vecinos se ofrecieron voluntariamente a colaborar con el Ayuntamiento ante cualquier necesidad. La ciudadanía respondió con calma, autocontrol y espíritu comunitario, a pesar de la excepcionalidad de la situación.
Este apagón ha dejado una enseñanza clara: la vida moderna depende profundamente de la electricidad, no solo para la comodidad, sino para la seguridad, la salud y la comunicación. En un mundo cada vez más digitalizado, la jornada del 28 de abril quedará grabada en la memoria colectiva como una llamada de atención, pero también como un ejemplo de cómo, incluso en la oscuridad, los pueblos como Vejer saben responder con organización, solidaridad y temple.